El 21 de enero de 2021 Jean Graton nos ha dicho adiós a los 97 años de edad. El dibujante era uno de los últimos monstruos sagrados de la “bande dessinée” franco-belga. Y, una referencia de generaciones apasionadas por el automovilismo gracias a su creación, Michel Vaillant, un imaginario piloto que rodaba por vez primera en el año 1957 en la revista ‘Tintin’, y que ha desafiado el tiempo a través de aventuras en las que se mezcla de forma sutil ficción y realidad. “Entre los lectores de Michel Vaillant, varios se han convertido en pilotos de F1 o periodistas, entre los más grandes. Incluso diseñadores, porque Jean Graton ha creado más de doscientos modelos Vaillante, y un estilo propio de automóviles”, ha señalado el comunicado de prensa publicado conjuntamente por su familia y la Fundación Jean Graton.
Sin abundancia, pero con muchos momentos de felicidad, se desarrollaría la infancia de Graton, que acompañaba a sus padres en viajes en moto por Europa. Pero se produce un giro radical a los 11 años, cuando pierde a su madre, y apenas seis años después al estallar la guerra y su padre,hecho prisionero, es enviado a Alemania. El adolescente queda así solo en su casa y trabajará en unos astilleros, en una etapa que le resultará vitalmente deprimente. De ahí nacerá su empeño de dedicarse a un trabajo que le apasione, aunque ello suponga un riesgo.
Su afición al dibujo y el hecho de haber pasado sus vacaciones con su tía Alice, que vivía Bruselas, se convierten en determinantes a la hora de marcar su destino. Representante comercial durante un tiempo, el joven Graton busca una vía más artística para ganarse la vida y se lanza a al pirograbado. Luego, para escapar de las tareas del cuartel durante su servicio militar, decora el comedor de suboficiales y construye la maqueta de un campo militar. Licenciado en 1947, Jean Graton está convencido de intentar la aventura y parte para Bruselas, a casa de su tía. En el periodo de posguerra, el cómic está en pleno crecimiento, principalmente en Bélgica donde el movimiento, aún lejos de la consideración de noveno arte que tendrá posteriormente, se ha empezado a desarrollar en los años 20.
El dibujo, una vocación recuperada
Lanzado en 1938, la revista ‘Spirou’ entra en competencia, ocho años más tarde, con ‘Tintin’, el periódico de los jóvenes de 7 a 77 años, cuyo protagonista es el personaje creado por Hergé.
A finales de la década de los cincuenta, se unirá ‘Pilote’. Bruselas es la capital de la ‘bande dessinée’. Pensemos que a lo largo del siglo XX más de setecientos dibujantes consagrados al cómic han desarrollado allí su trabajo. Frankin, Morris, Will, Paape, Tillieux,Peyo, Jacobs, Greg, o Goscinny y Uderzo, rivalizan en imaginación y talento a un ritmo infernal.
Para este emigrante francés, los años de aprendizaje no son fáciles pues los recursos materiales brillan por su ausencia, pero movido por la energía sin límite de su compromiso para salir adelante. En esta etapa, principio de los años 50, se producen los dos hechos determinantes en la vida de Graton: el dibujo, ya afrontado de forma profesional, y su inmersión en el ambiente de las carreras.
En cuanto al dibujo, de alguna forma es un retorno a los principios. En 1931 durante unas vacaciones de verano que pasa en casa de su tía Alice, Graton participa en un concurso organizado por el periódico belga ‘Le Soir’. Su dibujo es seleccionado y se publica acompañado de la siguiente leyenda: «Mi papá reparando la motodelante de su garaje». Y con la firma ‘Jean, 8 años’. Ahora, 16 años después, vuelve a esta vocación y lo hace con una determinación que le lleva a publicar en el periódico ‘Derniere Heure-Les Sports’ y posteriormente en ‘Spirou’.
En el estudio de Hergé
Perfecciona su técnica, afina su dominio de los textos, la caligrafía, perfila la utilización de la tinta china. Después de 37 capítulos de la serie ‘Les belles histoires de l’Oncle Paul’, un folletín que le permite darse a conocer en el medio, entra finalmente en el periódico ‘Tintín’ en el año 1953. En el estudio que dirige con mano de hierro Hergé, Jean Graton se siente en su ambiente. Aborda temas deportivos, su dominio preferido, y se centra en todo lo que rueda, desde bicicletas a coches. Los coches, las carreras, es el otro factor que va adquiriendo una mayor importancia en la vida de Graton. En ‘Derniere Heure-Les Sports’ el responsable de la rúbrica de motor es un prestigioso periodista, antiguo piloto e historiador del automóvil llamado Jacques Ickx, padre de un niño llamado Jacky, futuro piloto que llegará a convertirse en toda una leyenda del automovilismo, desde la Fórmula 1 a las 24 Horas de Le Mans, carrera en la que triunfará nada menos que en seis ocasiones. Otro de los elementos que permiten a Graton conocer a fondo el ambiente de las carreras es el realizar crónicas junto a Paul Frère, el famoso piloto y periodista belga (entre otras victorias Frere ganará en Le Mans en 1960).
Retorno a Le Mans
Le Mans, la más famosa carrera del mundo es determinante en la trayectoria de Graton. En junio de 1937 su padre André le había llevado en moto para asistir a la edición de aquel año de las legendarias 24 Horas. Para el muchacho de 14 años esta escapada le marcará. Jean, que descubre el mundo de las carreras, se ve impactado por la visión del victorioso Bugatti azul Francia de Jean Pierre Wimille y Robert Benoist.
En 1954 Pierre Stase, elpatrón de ‘Les Sports’, un piloto amateur de nivel, un ‘gentleman driver’ en sentido puro como se dice en el ambiente de las carreras, corre las 24 Horas de Le Mans con un Ferrari 550. Y lleva a Graton, al que coloca en la curva lenta de Mulsanne, al final de la larga recta de Les Hunaudieres, para que se encargue, mediante carteles, de pasarle información sobre su situación en carrera.
Nace Michel Vaillant
Tras dos historias completas consagradas a deportes del motor, ‘Sa premiere ronde’ y ‘Le virage de la peur’, Graton dibuja una historia corta, cuatro páginas, titulada ‘Bon sang ne saurait mentir’ para el periódico Tintin. La historia es protagonizada por un joven piloto que se sale en aquella curva de Mulsanne (la misma donde el propio Graton pasó muchas horas en la edición de 1954
El domingo por la mañana el padre y sus dos hijos preparaban sus motos de trial. El más joven se llamaba Michel y a Graton le bastó sustituir las motos por coches para encontrar su familia. También hay una cierta influencia de Ettore Bugatti en su personaje de Henry Vaillant.
Henry Vaillant. Él es el patrón que ha creado la marca de coches Vaillant, y el padre de familia cuyos hijos Jean Pierre (piloto e ingeniero) y Michel (piloto) conducen sus coches de carreras. La familia, el deporte, el automóvil, son los tres pilares sobre los que va a nacer la saga que Graton ha imaginado.
El primer álbum de Vaillant nace en 1958, es ‘Le Grand Defí’. La historia cuenta cómo el equipo Vaillant acepta el desafío que les lanzan desde los Estados Unidos para ver quién es mejor piloto, un americano (Steve Warson) o un europeo (Michel Vaillant).
En este álbum Graton fija el inconfundible estilo que dominará la saga. Las historias son ficticias pero los entornos son de un realismo espectacular. Y es que Graton se documenta con una precisión escrupulosa. Tanto los coches como las curvas, los boxes,o los paneles publicitarios están en el lugar que ocupan en la realidad. Y el sonido.
El dibujo “sonoro”
El famoso subastador y experto en arte y automóvil Hervé Poulain, destaca cómo «reproducir movimiento siempre ha supuesto un problema para los artistas. Graton lo ha conseguido sin deformar nada, gracias al sonido de los motores que desgarran las imágenes. Con onomatopeyas él mueve el coche. Ha inventado el dibujo sonoro». Es cierto, los ‘iiiii’ en letras inclinadas en el sentido contrario del movimiento evocan las frenadas. Letras que van siendo más gruesas, los vroaaam’ llenan todo el espacio en el dibujo como lo hace sonido del motor al acelerar. Y distingue: un ‘vrui’ o ‘rui’ para aceleración y un ‘wri’ cuando el motor gira al límite de vueltas.
Graton es muy cinematográfico, como si moviera una cámara jugando con los planos, con el gran angular. Y sabe trasmitir sensaciones muy especiales: si se ha rodado por ejemplo en el circuito de Monza, se entiende porqué Graton dibujaba su horizonte inclinado.
Otro componente básico del estilo Graton es el aspecto humano: Vaillant es un piloto, un héroe, pero también un ser humano. Los Vaillant ganan, pero no siempre. En la pista hay románticos, tramposos, pero también pilotos más rápidos, momentos de mala suerte, averías, accidentes… Junto a Michel Vaillant también hay pilotos reales: en el conjunto de historias nada menos que 86, entre los que se puede citar a Collins, Clark, Cevert o el belga Jacky Ickx.
Este último ha aparecido en nada menos que doce álbumes de Graton. Hay pilotos reales en los dibujos, y pilotos reales que hablan con pasión de Graton. El dibujante era amigo de muchos de ellos, y estos se convirtieron en asesores de sus trabajos. Alain Prost, cuatro veces campeón del mundo de Fórmula 1, confiesa que se aficionó a los coches de carreras leyendo las historias de Vaillant. Tom Kristensen, el hombre que más veces ha ganado en Le Mans, no dudó en llamar a la puerta de los estudios Graton en Bruselas para que el dibujante le dedicara los álbumes.
Y el diseñador Luc Donckerwolke, hoy al frente del estilo del grupo Volkswagen, señala cómo Graton «ha tenido el gusto, la capacidad de captar el patrón técnico y estilístico en vigor y al tiempo añadir su propia originalidad y credibilidad».
Hasta siempre
“Comendador de las Artes y las Letras, Caballero de la Orden de Leopoldo, Jean Graton fue el último monstruo sagrado de la época dorada del cómic franco-belga. Sus amigos y compañeros se llamaban Goscinny, Uderzo, Charlier, Peyo, Roba, Franquin…, Falleció pacíficamente en Bruselas a los 97 años, rodeado de su familia. » señalaba el comunicado de prensa publicado por su familia y la Fundación Jean Graton. Pero Michel Vaillant seguirá pilotando en el alma de muchos de sus fieles lectores.
Un comentario en “Tributo a Jean Graton, el «padre» de Michel Vaillant”
En un tiempo en el cual en la televisión no transmitía carreras de coches (como mucho el Gran Premio de Mónaco, y algo de Le Mans) la primera vez que yo vi la curva Dunlop de Le Mans o el Eau Rouge de Spa, o el Karrousel de Nürburgring, no fue en la televisión ni en el cine. Fue en las viñetas de «El gran desafío», con Michel Vaillant reinando sobre el asfalto. Graton ha sido un gran dibujante y en una época en la que los había muy grandes. Pero, sobre todo, un gran narrador. Un artista.