Pruebas y novedades

Al volante del Renault Clio E-TECH

Presionamos el botón Start, situamos la palanca de velocidades en la posición “D” y hay que ser un ingeniero para comprender lo que ocurre bajo el capó de este Clio híbrido. Pero no hace falta serlo para ponerse a su volante y disfrutar de su conducción.

¿Disfrutar? Sin duda. Ya el arranque se efectúa en un absoluto silencio, gracias al motor eléctrico de 49 CV que asombra por su vigor. Casi da la sensación de estar al volante de un híbrido enchufable a la vista de la facilidad con el nuestro Clio de pruebas alcanza los 50 km/h sin que arranque su 1.6 litros de gasolina. Y si somos un poco suaves con el acelerador, podemos alcanzar los 70 km/h sin despertarle.

El Clio puede recorrer más de 4 o 5 kilómetros en modo solo eléctrico, cero emisiones, con su potente pero pequeña batería de 1,2 kWh. Puede parecer poco, pero no importa mucho dada la continua asistencia eléctrica presente mientras circulamos en ciudad: la marca afirma que puede realizar hasta el 80% de los recorridos urbanos sin requerir la entrada en funcionamiento del motor térmico. Y es que tiene una gran capacidad de regeneración, por un lado, y saca mucho provecho de la electricidad almacenada, por otro. Esto se traduce en unas bajas cifras de consumo: apenas 4,4 litros a los cien kilómetros. Y en carretera se contenta con 4.9 litros y 6,3 en autopista. Es decir que con menos 5 litros de media nos hacemos cien kilómetros con este E-TECH. Una verdadera maravilla.

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Esta ajustada cifra no supone sacrificio en cuanto a prestaciones y placer de conducción. Con sus 140 CV el E-TECH es brillante y la conducción trasmite sensaciones dinámicas: puede pasar de 80 a 120 km/h en 6,9 segundos.

 Sumemos a esto una frenada fácil de dosificar y este Clio nos resultará un modelo no solo para la ciudad sino también para viajes largos, con un buen nivel de comodidad y una insonorización cuidada.

Hay que acostumbrarse a no tener ningún control sobre la velocidad insertada. No hay modo e “+/-” en la palanca, no hay levas en el volante, el sistema lo gestiona todo. En realidad, no nos hace sentirnos frustrados pues la gestión está muy lograda en los tres modos disponibles: Eco, Sport y Mysense (el compromiso entre los dos primeros). En casi todas las ocasiones los cambios son suaves y más bien rápidos y tan solo en el modo Sport, si pisamos con energía, le puede faltar al cambio algo de fluidez.

El sistema de propulsión del Clio E-TECH está conformado por tres motores: uno térmico y dos eléctricos. El térmico es un cuatro cilindros 1.6 litros, de gasolina y atmosférico, que proporciona de 91 CV. Los motores eléctricos son síncronos, tienen un rotor de imanes permanentes y producen 49 y 22 CV respectivamente. El conjunto nos da 140 CV.

La caja de velocidades multimodo sin embrague ni sincros es una innovación de Renault muy interesante y, como hemos visto en la prueba, efectiva. Permite reducir las interrupciones de entrega de potencia durante los cambios de relación, lo que favorece el confort de conducción gracias a su mayor suavidad, además de contribuir a la eficiencia por su compacidad y menores rozamientos. La clave del funcionamiento de esta caja es el motor eléctrico de tipo HSG del sistema E-TECH, que se utiliza para poner en marcha el motor de combustión e igualar su velocidad de giro a la de transmisión, lo que permite prescindir de una caja de velocidades convencional. El Clio E-TECH se pone en movimiento siempre con el motor eléctrico de 49 CV. El motor de combustión se une (si es necesario) una vez el coche está en movimiento. Para hacer que el acople de este sea suave, el motor eléctrico secundario (22 CV) se encarga de arrancarlo y de igualar la velocidad de giro del cigüeñal al de la transmisión.

En cuanto al resto, el E-TECH es un Clio como los demás. Es decir, un coche con un habitáculo cuidado y acogedor. El depósito de gasolina solo pierde 3 litros (tiene una capacidad de 39) pero el volumen del maletero se mantiene inalterado.

Balance

Agradable de conducir y con un consumo ajustado, esta versión cuida a sus ocupantes y ofrece unas prestaciones buenas. Además, los costes de mantenimiento, al tener distribución por cadena o prescindir de embrague, entre otros) se reducen. 

Y no olvidemos que cuenta con la etiqueta ECO, que conlleva numerosas ventajas según las ciudades, como bonificaciones de un 50% en las zonas de aparcamiento regulado (SER), descuentos en peajes, posibilidad de circular por los BUS-VAO o entrar en las grandes ciudades en episodios de alta contaminación, entre otras.

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