Pruebas y novedades

El GPS nos hace perder el rumbo

Según varios estudios recientes, el uso de aplicaciones de navegación daña nuestro sentido de la orientación y afecta nuestro cerebro más de lo que nos imaginamos.

Desde hace mucho tiempo, los estudios científicos sobre los efectos nocivos del GPS en nuestro sentido de orientación han demostrado que confiar en una aplicación para guiarnos “adormece” nuestra memoria y reduce nuestra capacidad de orientarnos en el espacio. Pero, ¿y si ese no fuera el único efecto negativo en nuestro cerebro?

Asistido o atento

Concretamente, los últimos estudios hasta la fecha, publicados en Scientific Reports y en Transportation Research Interdisciplinary Perspectives, han demostrado que, si pedimos a dos grupos de individuos que se orienten en un mismo entorno, uno con un mapa clásico, el otro usando una aplicación de geolocalización, los miembros del primer grupo reconocían mejor los puntos de referencia que se les presentaron frente a las personas del segundo grupo que tenían grandes dificultades a este respecto.

En el primer caso, los cerebros de los participantes estaban activos en el proceso de orientación y, por lo tanto, habían memorizado puntos de referencia visuales durante su investigación para seguir la ruta propuesta. Por el contrario, varias áreas del cerebro, incluido el hipocampo y la corteza prefrontal, no fueron estimuladas y permanecieron «dormidas» para el segundo grupo, por lo que la memoria de estas personas no registró datos útiles.

Los efectos nocivos de no pensar

Concretamente, estos estudios revelan que, en ausencia de estimulación, las áreas del cerebro mencionadas anteriormente retroceden.

Si alguien va a argumentar que estas aplicaciones nos facilitan la vida, quizás revise su idea cuando se enteren de que, según el estudio publicado en Scientifc Report. Una de sus autoras, Mar González Franco, (neuro investigadora en Microsoft), subraya que no solo el mal uso y uso sistemático de estos sistemas de navegación pueden volvernos estúpidos, también representan riesgos para nuestra salud mental a largo plazo, más cuando somos mayores.

«¿Con el GPS convencional, áreas muy arcaicas del cerebro que habían estado funcionando durante siglos ya no están siendo estimuladas y corremos el riesgo de que esto afecte nuestra salud mental en la vejez?», según Mar González Franco.

Una solución práctica: audio

Consciente de que las posibilidades de que las personas prescindan de la tecnología de asistencia moderna son más que escasas, Mar González Franco sugiere que usemos sistemas auditivos en lugar de asistencia visual: “Al repensar la forma en que interactuamos con la tecnología y al incorporar el aumento sensorial en la ecuación, en el forma de audio 3D, podemos tener un impacto real en cómo conocer el mundo sin comprometer los procesos de navegación internos”.

De hecho, movernos utilizando la guía de audio nos permite mantener nuestra capacidad de observar el entorno en el que operamos y, por lo tanto, memorizar las señales visuales que permitirán que nuestro cerebro permanezca activo.

Mercedes-Benz C-Klasse Limousine (W205) 2014, Head-up Display Mercedes-Benz C-Class sedan (W205) 2014, Head-up Display

Mejor head up display que pantalla de navegador

En el caso del automóvil, es evidente que las pantallas han tomado el relevo, más aún en lo relativo a la navegación. Sin embargo, algunas soluciones son más interesantes que otras. Por ejemplo, seguir las indicaciones de las flechas a través de un sistema de visión frontal proyectado en el parabrisas (head up display), permite mantener los ojos atentos al camino que seguimos y, por lo tanto, registrar ciertas señales visuales, aunque solo sea parcialmente.

Además, una introducción de la realidad aumentada que se centraría en puntos de referencia destacados directamente en el entorno real (destacando las señales de tráfico, los monumentos o los nombres de las calles, por ejemplo) probablemente reduciría drásticamente los efectos indeseables y las aplicaciones de navegación tradicionales que funcionan «todo en la pantalla» son perjudiciales. a nuestros cerebros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *