Pruebas y novedades

Al volante del Jaguar E-Pace

Presentado en 2018, el E-Pace llegaba renovado en 2021. Cambios estéticos ligeros (el diseño de base ya estaba muy logrado), una renovada gama de motores, e interesantes mejoras en los chasis.

El «SUV» compacto E Pace , el Jaguar más pequeño de la gama luce curvas características, en un encantador y sensual estilo anglo-italiano. No es fácil dibujar un «SUV» curvilíneo, con un capó largo para sugerir potencia, en tan pequeñas dimensiones (4,42 metros de largo).

El interior está concebido en el  estilo Jaguar actual, moderno, bastante suave, aunque los que amamos la historia de Jaguar, echamos de menos alguna alusión estilística a sus fabulosos coches de antaño. El plástico no se ve tan elegante como la maravillosa carpintería tradicional, que daba una atmósfera inimitable, pero el acabado es bueno.

Encontramos la tradicional palanca de cambios en lugar de la rueda circular retráctil de los modelos más exclusivos de la gama. Esto no nos molesta, porque dicha rueda es espectacular pero su agarre no resulta tan ergonómico como una clásica palanca.

En el centro del salpicadero tenemos la pantalla táctil de 11,4 pulgadas y alta definición con cristal curvado situada en el centro del salpicadero, desde donde se controla el nuevo sistema de infoentretenimiento Pivi Pro que tiene la ventaja de ofrecer una respuesta más rápida. Pivi Pro es uno de los mejores sistemas de pantalla táctil de su clase gracias a un diseño de menú sencillo, gráficos nítidos y una pantalla de inicio muy personalizable. Sin embargo, como todos los sistemas basados ​​en pantalla táctil, hay usuarios que lo considerarán no es tan fácil  usarlo en movimiento como el sistema iDrive que se encuentra en el BMW X1 y X2, que tiene una interfaz de control rotatorio separada con botones físicos de acceso directo.

Reforzada químicamente, la pantalla de cristal cuenta con dos capas, una antirreflejos y la otra anti huellas, pero esto último no lo hemos visto muy efectivo en nuestra unidad de pruebas. Con sus diversas “páginas” es, en principio, fácil de manejar.

Ante el volante, te sientes más alto que en muchos otros SUV familiares rivales (Audi Q3  o el BMW X1) lo que se traduce en una buena visibilidad de la carretera si bien los pilares del palabristas molestan ligeramente en los cruces. Además de los reglajes del volante en altura y profundidad, los doce del asiento permiten encontrar una buena postura de conducción, y esto nos parece un aspecto positivo muy a tener en cuenta.

La visión a la hora de aparcar está perfectamente resuelta por una cámara de 360 ​​grados, sensores de estacionamiento delanteros y traseros y un gráfico en el sistema de infoentretenimiento que indica la distancia de los obstáculos que lo rodean. El sistema de cámaras permite una visión como si el coche fuera transparente, que nos permite ver la superficie sobre la que circulamos (muy útil en el campo).

 El habitáculo es amplio en relación al tamaño total. Si el espacio útil es satisfactorio en la parte delantera, está más ajustado en la parte trasera, pero precisemos esto. Ofrece suficiente espacio para las piernas en la parte posterior, aunque hablemos de adultos de buena estatura, siempre y cuando no estén sentados detrás de personas igualmente altas en la parte delantera. En cualquier caso, el espacio para la cabeza es bueno; es poco probable que incluso ocupantes de 1,80 o 1,85 m tengan problema.

En cuanto a modularidad, si bien muchos rivales están disponibles con asientos traseros deslizables, no es el caso del E-Pace. Sin embargo, el británico nos ofrece respaldos de asientos traseros que se pueden plegar en una división 40/20/40, más versátil que la división 60/40 de otros.

Motores

La gama E-Pace ofrece la posibilidad de elegir entre motores diésel de 163 y 204 CV, de gasolina de 160, 200, 249 y 300 CV. Tanto los diésel como los gasolina cuentan con una hibridación ligera de 48v (todos disfrutan de etiqueta Eco), con la excepción del diésel de 163 CV y cambio manual, que además es la única versión de tracción delantera de la gama E-Pace, pues el resto son 4×4. A estos se añaden un híbrido enchufable de 309 CV (etiqueta Cero), y una autonomía homologada en modo solo eléctrico de 55 kilómetros. Esta versión también es de tracción 4×4.

El protagonista de nuestra prueba era el diésel pequeño, el nuevo MHEV 2.0 con cuatro cilindros, 163 CV y un par de 380 Nm, y ofrece unas emisiones de CO2 desde 167 g/km, todo combinado con un consumo homologado de 6,4 l/100 km.

Comportamiento

Acelera bien, y adelantar a media distancia se hace sin problema. Es un motor que ofrece soltura y nobleza en su funcionamiento. En modo Dynamic con la caja de cambios automática en Sport, lo cual es lógico para alguien que compra un vehículo así, empuja bien para un uso familiar, pero si queremos un carácter más deportivo tendremos que recurrir al motor de 204 CV. No dudemos en cambiar de marcha manualmente en carreteras sinuosas: la palanca se presta bien a esto, además de las levas tras el volante. El consumo medio durante la prueba ha estado en los 8 litros, pero en autopista, con una conducción tranquila y a un ritmo sostenido, se podía hacer medias por debajo de 7 litros.

En la evolución del E-Pace 2021, el motor cuenta con nuevos soportes, lo que contribuye a la mejora de la respuesta del acelerador y a reducir vibraciones.

También supone una mejora en la rigidez del punto de montaje de la suspensión delantera, lo que se traduce en un mayor confort en los viajes y en una mejor efectividad de las suspensiones.

El agarre a la carretera merece una nota alta. Para que el Jaguar se aferre al asfalto y muestre un temperamento dinámico, los técnicos han endurecido el tren de rodaje. Las reacciones son firmes, especialmente con las llantas de 20 pulgadas, con neumáticos muy anchos de  flancos ultrabajos. Pero a pesar de este calzado tan extremo, el E-Pace, aunque seco de suspensiones, no es incómodo.

El nuevo sistema de tracción total del E-PACE, utiliza la tecnología de segunda generación «Standard Driveline», que distribuye automáticamente el par entre las ruedas traseras y delanteras (en condiciones normales es un cien por cien tracciones delanteras), para garantizar que la motricidad se aproveche al máximo. El embrague automático de accionamiento eléctrico de este sistema de transmisión, reacciona a la hora de distribuir el par entre ambos ejes al doble de velocidad que antes.

Pero en cuanto a salir del asfalto, la distancia al suelo no es muy alta, los neumáticos resultan inadecuados para el uso todoterreno y se han eliminado los diversos programas de conducción que por ejemplo tiene el Range Rover Evoque. Lo que gana en deportividad, el bonito Jaguar lo pierde en comodidad y habilidades todoterreno. Pero si lo que nos gusta es el campo, la alternativa, insistimos, la tenemos en su primo el Evoque.

La versión deportiva R Dynamic de prueba, está muy bien equipada. Además, tiene mucha tecnología a nivel seguridad. En nuestra opinión,

Como balance final, hay aspectos mejorables como algunos plásticos del interior, o la ergonomía, pero sus cualidades están muy claras: original línea que le confiere una fuerte personalidad, acogedores asientos delanteros, muy bien equipado, o un buen grado de placer de conducción. En cuanto a la versión diésel más aconsejable, parece que es más interesante optar por el de 163 CV con cambio manual y solo tracción delantera (la de partida de gama), mientras que si ya queremos cambio automático, puede interesar más ir al de 204 CV. Pero ya saben, hay motores de gasolina y el híbrido enchufable ¿La elección más acertada? Siempre en función del uso que demos, no lo olviden.

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