Aquel mes de agosto de 1992 era muy diferente no solo a este de 2020 sino a todos los demás. España, Barcelona, era una fiesta, era la sede de los XXV Juegos Olímpicos de la era moderna.
La prueba de Maratón era uno de los puntos álgidos de la cita. En la categoría masculina el ganador tras una emocionante carrera sería el coreano Hwang Young-Cho, y en la femenina la rusa Valentina Yegoriva dominaba la prueba. Pero por delante de ambos hizo la carrera un “participante” muy especial, un Seat Toledo eléctrico. Es una curiosa historia.
La normativa olímpica señala que el vehículo que debe abrir la prueba debe ser cero emisiones. Así que Seat aprovechó su recién lanzado Toledo para desarrollar una versión totalmente eléctrica.
El trabajo de adaptación se realiza en poco más de tres meses. Para Thomas Kurz, ingeniero del grupo que participó en la conversión a eléctrico del Toledo, fue toda una experiencia: “En aquel momento hacer un coche eléctrico era algo muy novedoso, por lo que fue muy emocionante. Era tal la primicia que cuando lo acabamos tuvimos que matricularlo primero en Alemania, porque no sabíamos como matricular en España un coche eléctrico”.
El objetivo principal era que su batería de 500 kilos tuviera energía suficiente para aguantar toda la Maratón. En total poco más de 42 kilómetros. Y se consiguió. “Entonces no se hablaba del coche eléctrico como algo para el consumo. El peso de sus baterías, las bajas potencias y autonomías no lo hacían viable como coche de serie. Se logró una autonomía suficiente para la maratón, teniendo en cuenta que había complicadas subidas que hacían que el Toledo eléctrico consumiera más”, afirma Kurz.
La carrocería de Toledo apenas presentaba cambios: en el maletero se colocó una especie de bañera para albergar la batería, y los frenos tenían un tambor sobredimensionado para poder contrarrestar el peso del coche en la frenada. “Cuando pasamos la ITV tuvimos que demostrar que su velocidad era de 50 km/h y que podía frenar a esa velocidad en una distancia específica”, comenta Kurz.
Hace ya casi tres décadas 16 kw (22 CV) de potencia eran más que suficientes para su cometido. El Toledo eléctrico tenía que llevar el ritmo de la Maratón, que no superaba los 30 km/h. Lo complicado en aquel momento fue probar el recorrido para ver si a esa velocidad el coche alcanzaría la meta. “No podíamos probar el Seat Toledo eléctrico en el recorrido real, ya que había que cortar calles, ir en contra dirección… así que lo testamos en los bancos de pruebas con los parámetros que habíamos captado con otro modelo. Y sí, comprobamos que lo conseguiría, y así lo hizo, tanto en esa prueba como unas semanas después en los Juegos Paraolímpicos”, asegura Thomas Kurz.
El Toledo eléctrico se encuentra en la actualidad en el museo de coches históricos de la marca, tras pasar por las manos del equipo de restauración de su responsable, Isidre López: “es una de las joyas que tenemos en el museo. Nuestros vehículos no son solo piezas de exposición, queremos que funcionen, que conserven su alma. Hemos sustituido las antiguas baterías de plomo-gel y actualizado el sistema eléctrico. Se hizo un gran trabajo en 1992 y el coche funciona perfectamente y ahora sí, podría hacer alguna que otra maratón más”, concluye López.
Veintiocho años después: Toledo eléctrico versus Mii
Seat ha grabado un curioso vídeo para ver el paso del tiempo. En él podemos ver a aquél Toledo del 92 junto a un moderno Mii eléctrico. De 16 a 61 kW de potencia. Hace ya casi tres décadas 16 kw (22 CV) de potencia eran más que suficientes para su cometido. El Toledo eléctrico tenía que llevar el ritmo de la Maratón, que no superaba los 30km/h. Lo complicado en aquel momento fue probar el recorrido para ver si a esa velocidad el coche alcanzaría la meta. Hoy este Mii eléctrico de 2020 alcanza los 130 km/h y podría hacer seis maratones sin detenerse. “Los eléctricos consumen menos en ciudad y al frenar recuperan energía, por este motivo, el Mii electric tiene una autonomía de hasta 260 kilómetros en ciclo combinado, y hasta 360 kilómetros con uso cien por cien en ciudad”, comenta Santi Castellá, responsable de Electromovilidad de Seat.