Bentley tiene previsto la fabricación de doce reproducciones de del 4 1/2 litro a compresor chasis nº HB3403, el legendario Blower, un impresionante automóvil de carreras con una curiosa historia tras de si.
Se ha elegido el número de doce unidades por ser coincidente con el número de carreras en que esta versión participó. Y la reproducción de esta unidad concreta es por el hecho simple de que el nº HB3403 es el ejemplar conservado en el museo de Bentley (que lo adquirió en el año 2000), lo que permitirá así desmontar la reliquia y analizar cada una de sus piezas hasta el mínimo detalle, facilitando así su reproducción con absoluta fidelidad al original.
La fabricación se llevará a cargo en los talleres de Mulliner: el legendario carrocero pertenece hoy a Bentley, y es en sus instalaciones donde se realizan los encargos especiales de la casa británica.
Polémica entre algunos coleccionistas
La idea no ha gustado a algunos coleccionistas que temen que sus modelos originales pierdan valor y así varios de ellos han escrito al CEO de la firma de Crewe, Adrian Hallmark, mostrando su disconformidad con el proyecto. La reacción se ha disparado el pasado 16 de abril cuando Bentley anunció que el modelo 3D virtual ya estaba terminado. Por su parte los responsables de Bentley señalan que la idea de esta rendición, antes de ponerse en práctica, se ha sometido a discusión entre varias partes. Así señalan que «después de mucha investigación y discusión con una serie de partes interesadas, ex propietarios de Bentley, restauradores, especialistas y una selección de miembros del Bentley Drivers ‘Club y el Benjafield’s Racing Club, nosotros probamos la idea de hacer una serie de continuación oficial y nos sorprendió el entusiasmo generado. Si bien escuchamos inquietudes similares a las expresadas en la carta, la gran mayoría de los comentarios fueron claramente a favor del proyecto. Así que empezamos «. Y continúan: «Los cuatro Team Blowers originales son únicos, extremadamente raros y tienen un valor excepcional, y cada uno tiene una historia increíble; ningún auto nuevo o adición a la familia Bentley Blower cambiará eso».

En cualquier caso las doce unidades ya están vendidas. Pero vamos a los detalles de este automóvil tan especial.
El 4 ½ Litre Supercharged, está movido por un enorme motor de cuatro cilindros (4.398 cc) de cuatro válvulas por cilindro , vitaminado con un compresor Amherst Villiers (de ashí su sobrenombre de Bowler) que eleva la potencia hasta 175 CV. El chasis en acero, los grandes tambores de freno y las ballestas serán, como todos los elementos, fielmente reproducidos.
De la oposición de O.W Bentley al dinero de Miss Paget
Curiosamente este modelo no fue santo de devoción del creador de la firma, Walter Owen Bentley, que incluso le culpabilizaría de su ruina.
Veamos la situación. Bentley logró el triunfo en cinco ocasiones en Le Mans, con los modelos de motor de 4 cilindros: “3 Litre” (en 1924 y 1927), y “4 ½ Litre” (en 1928). Es entonces cuando, ante la evidencia que estos motores ya han dado todo, O.W Bentley apuesta por los seis cilindros, los “Speed Six”, una opción que se mostrará acertada: triunfan en 1929 y 1930.

Pero Sir Henry ‘Tim’ Birkin, piloto que conducirá con Wolf Barnato (ambos formaron parte de los famosos Bentley Boys) el coche ganador en 1929, estaba convencido de que el 4 ½ litre aún podía dar batalla. Y a finales de 1928 ya había concebido el desarrollo, a espaldas de Bentley, de una versión muy especial del 4 ½ litre en sus propios talleres “Birkin & Company” en Welwyn Garden City. El 4 ½ litre Supercharged se derivó del 4 ½ litre, pero con varios cambios como la incorporación de sobrealimentación, de ahí su sobrenombre de Blower (literalmente traducido como El Soplador) Bentley, por un llamativo compresor situado en el frontal. W.O Bentley se opuso personalmente a esta iniciativa pues consideraba que la sobrealimentación conllevaba la pérdida de fiabilidad de su motor. Y no andaba muy desencaminado.
El desarrollo, la fabricación y los gastos en competición de los 4 ½ litre Blower es financiada por Miss Dorothy Paget, una rica heredera apasionada por la cría de caballos de carreras, que también dedicaba parte de sus elevados recursos en ayudar a refugiados rusos.
Birkin, todo un personaje
Los 4 ½ litre Supercharged participan en algunas carreras en 1929, como el Tourist Trophy, pero no son admitidos en las 24 Horas de Le Mans pues el reglamento del ACO (Automobile Club de l’Ouest, organizador de la prueba) exigía un mínimo de producción de cincuenta unidades.

O.W Bentley describía a Birkin como «el mejor británico de su tiempo». Y es que Birkin era un aristócrata que luchó en la Primera Guerra Mundial y, cuando regresó del frente, tenía sed de adrenalina y un total desprecio por el peligro en la pista de carreras.
Pero, aun así, no quería fabricar los coches que le pedía Birkin. Sin embargo en esos momentos ya no controla al cien por cien su firma, y es que se ha visto obligado a contar con el generoso apoyo de Woolf Barnato (además de gentleman driver, un importante financiero) que si acepta la propuesta de Birkin tanto por amistad como por que la operación suponía unos ingresos muy necesarios para la firma. Y así se fabrican 55 unidades, de las que 26 llevan la carrocería Tourer o tipo torpedo descapotable, realizada por Vanden Plas.
Los coches estaban listos para la temporada de carreras de 1930. En mayo, antes de Le Mans, el nº HB3403 pilotado por Birkin, no pudo terminar una carrera en Brooklands). En junio, los dos coches inscritos en las 24 Horas de Le Mans (uno de ellos, el famoso nº HB3403) debieron retirarse por avería del motor. Birkin y Caracciola (que corría con Mercedes) estuvieron codo a codo desde el principio por el triunfo pero ninguno de los dos coches aguantó y Barnato, junto a Glen Kidston, finalmente ganó la carrera en un Bentley Speed Six. Muchos creen que si Birkin hubiera gestionado mejor su carrera -solo conocía una forma de conducir, a fondo en pos de la victoria- el resultado podría haber sido diferente.

Y la mala racha continuaría: en julio Bernard Rubin se sale del asfalto en el Gran Premio de Irlanda y deja muy dañado el coche. En Vanden Plas lo reconstruyen y al tiempo aprovechan la ocasión para acortar la distancia entre ejes. El coche, así reformado y pilotado por Eddie Hall y Dudley Benjafield, logra un segundo puesto en las 500 Millas de Brooklands. Y en el Gran Premio de Francia de 1930 en Pau, luchando con los Bugattis más ligero, Birkin condujo su auto de dos toneladas a un notable segundo lugar en el podio: todavía se cree que el Blower es el automóvil más pesado que ha participado en un Gran Premio.

Más tarde, otra versión del Blower se convirtió en un monoplaza y corrió en el circuito de Brooklands en Surrey. Con la potencia del motor subida a 240 CV, Birkin logró 222 km / h (137.9 mph) batiendo el récord de vuelta de Brooklands.
En 1931, la situación económica lleva a Bentley a la ruina. Y es comprada por un fondo de inversiones llamado British Central Equitable Trust, tras el que se esconde Rolls Royce. La nueva firma propietaria olvidará todo el pasado deportivo de Bentley que no se recuperará hasta varias décadas más tarde gracias al Grupo Volkswagen, dueña de la casa británica desde el año 1998.
El original Bentley Blower chasis nº HB3403, tras su compra en 2000, sería restaurado y ha participado en varios encuentros y competiciones de clásicos como las Mille Miglia Storica.
