En el próximo Salón de Ginebra (del 7 al 17 de marzo), Renault presentará la nueva generación del Clio, que sustituirá a la actual que data del año 2012 y recibió un restiling en 2016. Pero antes la marca del rombo ha adelantado algunas informaciones sobre su aspecto, tanto exterior como interior, si bien se ha guardado para la cita suiza desvelar el capítulo de los motores.
¿Verdadera nueva generación o puesta al día? Ante las primeras imágenes del Clio esta es la pregunta que nos podemos hacer. Y tiene su lógica pues la silueta del nuevo modelo es claramente continuista. Y aún se acentúa más esta idea al ver las dimensiones, muy próximas al modelo actual. La longitud pierde tan solo 1,4 centímetros y la altura disminuye 3 centímetros. Sin embargo, observada con detalle, la carrocería cambia bastante.
El capó está más esculpido, los abridores de las puertas se han disimulado mejor, la antena adopta un aire de aleta de tiburón y la calandra gana en relieve. Aparecen deflectores por primera vez en un Clio, situados a la altura de los pasos de rueda delanteros: contribuyen a limitar las perturbaciones y mejorar las prestaciones aerodinámicas del vehículo para así reducir el consumo. Además, aportan dinamismo y deportividad al diseño de Nuevo Clio.
Pero la sensación de novedad es, sobre todo, aportada por las luces. Delante las ópticas están conformadas cien por cien de leds, y van enmarcadas por las luces de alumbrado diurno en forma de C, como en el Megane 4. En la parte posterior los pilotos son un poco más grandes, potenciando la firma luminosa y adoptan una forma de gota de agua.
Estas modificaciones resultan casi sin importancia a la vista del interior. Aquí sí que se hay un verdadero cambio. Las salidas de aire abandonan sus redondeas formas y adoptan otras más cuadradas y se estiran en anchura en el lado del pasajero. La visera por encima de la instrumentación está ahora mejor integrada, el freno de mano pasa a ser eléctrico y la instrumentación es ya cien por cien digital en las versiones de equipamiento más elevado. En cuanto a la pantalla táctil central, tiene un formato muy grande y poco corriente (9,3 pulgadas) en su segmento. El volante se reduce gracias a la instalación de un airbag más compacto que en el modelo anterior. Este estrechamiento mejora la visibilidad del cuadro de instrumentos para el conductor.
Y además juega la carta del high-tech, como demuestra su función de “conducción autónoma” en vías rápidas, asociando el regulador de velocidad activo con una ayuda al mantenimiento en carril.
Pero el salpicadero, que promete también una calidad percibida menos criticable que la anterior, no es el único aspecto que progresa en este interior. El Clio 5 cuenta también con nuevos asientos, con la banqueta alargada y unas formas más envolventes. Y el volumen del maletero, bajo la bandeja, se ha incrementado en 91 litros, a lo que se suma la posibilidad de obtener un suelo totalmente plano al tumbar la banqueta, gracias a un doble fondo. Esto no servirá de consuelo a los amantes de la versión familiar Sport Tourer, carrocería que desaparece en esta nueva generación del Clio.
En su presentación en el Salón de Ginebra, podremos conocer más a fondo todo lo nuevo que aporta este Clio 2019 a nivel de motores. Por ahora se sabe que tendrá, por primera vez, un propulsor híbrido que llegará no antes de 2020. Así, que de entrada, el motor térmico será el que mande, con el nuevo tres cilindros 1.0 turbo gasolina de 100 CV de potencia, estrenado por el Nissan Micra, y que sustituye al anterior 0.9 TCe de 90 CV. El reciente cuatro cilindros 1.3 TCe deberá también estar presente mientras que el diésel 1.5 dCi , ahora BluedCi, pasará a ofrecer 95 CV.