El más pequeño de los Jaguar es un SUV muy compacto, con su diseño de líneas redondeadas no pasa desapercibido y con el motor diésel 180 CV de la versión probada es eficaz y agradable. Y los precios equivalen a los de sus rivales.
El segmento que manda, los SUV representan el 35% del mercado mundial. Y los modelos compactos suponen cercad de dos tercios en el mundo. La marca británica no podía ignorar esta realidad. He aquí pues el más pequeño de los Jaguar bajo las formas de un todoterreno muy chic. Nuestra versión de pruebas, una unidad cedida por Alfageme Automóviles, el concesionario Jaguar Land Rover de Valladolid, era la diésel de 180 CV de potencia con cambio automático y tracción a las cuatro ruedas. El cambio automático es un ZF de convertidor de par y 9 marchas. No es la versión más potente, pero si muy equilibrada, interesante y atractiva como vamos a ver.
El Jag muestra unas líneas sensuales , con un toque italiano y con un cierto parentesco con su hermano mayor el F-Pace. No es fácil diseñar un SUV todo en curvas con un largo capó que sugiera potencia, en unas dimensiones tan ajustadas (hablamos de 4,41 metros de longitud). La línea del techo desciende en su tramo final y le da una imagen deportiva aún más potenciada con el paquete R-Dynamics de nuestro protagonista.
Se podría pensar que el diseño se ha realizado sacrificando la habitabilidad, pero esto no es así. El E-Pace es ancho y tiene una buena altura libre al techo. En las plazas delanteras el espacio es amplio, si bien cada asiento tiene su zona bien delimitada para crear una atmósfera más deportiva. Y el espacio disponible en las plazas traseras está en la media del segmento, pudiéndose acomodar dos adultos sin problema.
Nos sentamos en el puesto de conducción. Encontramos con facilidad una buena posición de conducción y eso que el reglaje longitudinal del volante es algo corto. Ante nuestros ojos dos pantallas, una para la instrumentación (aunque puede ser clásica) y otra, táctil de 12,3 pulgadas para el sistema multimedia, el navegador y otros menús de configuración. Cómo crítica, la respuesta a los toques en esta pantalla debería ser más rápida, pero en cambio es de aplaudir el acierto de Jaguar que, a la hora de gestionar la climatización, ha optado por ofrecer mandos físicos que evitan las distracciones que supone navegar por menús, y eso que esta se realiza con bastante facilidad. Hablando de evitar distracciones, el Head-Up Display, la proyección de informaciones (muy completa) en el parabrisas, se ve con mucha calidad y permite no desviar la mirada de la carretera.
Las piezas que componen el habitáculo en esta versión son de calidad, con cuero y Alcantara recubriendo zonas amplias del interior, al tiempo que pisamos unas gruesas alfombrillas. Los huecos destinados a dejar objetos están cubiertos de goma o fieltro. El hueco que hay bajo el apoyabrazos central es amplio, suficiente para dejar ahí una tablet. En este espacio están dos de las cinco conexiones USB que puede tener el coche. Las tres restantes están en la parte trasera de la consola, a disposición de los pasajeros de la segunda fila de asientos y se ofrecen como opción reemplazando a una toma de 12 V. También hay tomas de 12 V bajo los mandos del climatizador, en el cajón de la consola y en el maletero. El sistema audio tiene una elevada calidad.
El maletero tiene 577 litros, incluidos los 93 que hay bajo el piso del mismo si no se pide rueda de repuesto. Sin ese volumen opcional, el maletero tiene 484 litros. El umbral de carga está a 75 cm El portón tiene apertura y cierre eléctricos con función gestual: basta con pasar el pie por debajo del paragolpes para que se abra o cierre.
Nos ponemos en marcha. En ciudad se nota la recortada longitud a la hora de movernos con facilidad y aparcar en línea, pero, eso sí, es un coche ancho: 1,90 sin contar los retrovisores. En carretera prestaciones y aceleraciones están a un buen nivel si buscamos una conducción dinámica sin pretensiones deportivas: si queremos más tenemos otras versiones más potentes. A buen ritmo el consumo ha estado en los 7,5 litros de gasoil.
Cuando aparecen las curvas el pequeño Jaguar parece que se olvida de su peso (son cerca de 1.9 toneladas). La dirección bastante directa y consistente (un placer, en estos tiempos) dirige con precisión el tren delantero mientras que la parte posterior le sigue con facilidad acompañando la trazada. La amortiguación se muestra eficaz en las curvas. Es una suspensión tirando a firme pero el confort se mantiene a un nivel correcto y eso que en este nivel R-Dynamics lleva ruedas de 20 pulgadas.
Una comparación inevitable es la que se plantea con el Ranger Rover Evoque. Este último ofrece una orientación más de todoterreno mientras que el Jaguar es más de asfalto.