Los pick-up, la idea de transportar pasajeros y carga en un mismo vehículo, pero separados, tiene su razón de ser en el mundo del trabajo. Pero ahora este tipo de vehículos parece dispuesto a conquistar otros ambientes. Su imagen y sentido práctico atrae a los amantes de actividades de ocio al aire libre. Tampoco olvidemos que el aburguesamiento de los todoterrenos y más los de gran tamaño y lujo, hace que meterse en ellos con unas botas llenas de barro o el perro mojado, sea a veces algo difícil de digerir. Esto ha llevado a que la clientela auténtica de todoterreno desvié sus miradas a los pick-ups 4×4 que aún conservan las esencias, el espíritu práctico.
Y aquí estamos al volante del X250d 4Matic. Sí, es necesario precisar 4Matic puesto que este pick-up está igualmente disponible en versión de 2 ruedas motrices. Nuestra unidad estaba además equipada de cambio automático, de siete relaciones de origen Nissan y no la 7G-Tronic de Mercedes que si va asociada al V6. Es un buen cambio pero le faltan dos cosas en relación al cambio Mercedes: el muy práctico mando de los modelos de la estrella y la precisión en cuanto a la elección de la relación.
Mercedes Benz que cuenta con una gama muy amplia de modelos, que cubren prácticamente todo el espectro del mercado, sin embargo no tenía un pickup, exceptuando el exclusivo (cien ejemplares) G63 AMG 6×6 . Para reducir gastos y tiempo en el desarrollo de un modelo a partir de una hoja en blanco, la marca alemana a aprovechado sus acuerdos de cooperación con la Alianza Renault Nissan , y ha tomado como punto de partida el Nissan NP300 Navara,al igual que Renault lo ha hecho para el Alaskan. Bueno, pero esto hay que matizarlo. De entrada el chasis tiene sus diferencias, con una traviesa más, la base es más ancha que la de sus dos primos Navara y Alaskan. Tanto la anchura de vías como como la caja ganan 7 centímetros en anchura. Un poco para mejorar el comportamiento y también para acoger el motor V6 Mercedes: el X350d, sus 258 caballos y su trasmisión integral permanente. Pero hay más versiones. El Clase X también puede verse propulsado por el 4 cilindros de origen Nissan ya utilizado por los Navara y Alaska: un 2.3 turbo diésel disponible en simple turbo (X220d, 163 CV) o en biturbo (X250d, 190 CV) que es el que corresponde a la versión probada.
El volante se regula solo en altura. Salvo el mando del cambio y los botones del modo de trasmisión, el interior del Clase X pertenece al universo Mercedes-Benz. Asientos, salpicadero con sus salidas características de aire, GPS, relojes, acabados…todo lleva el sello de la marca alemana. Incluso el olor del interior cuando se abre la puerta es el característico de un Mercedes.
Al contrario que en el Navara, el Mercedes Clase X solo está disponible con carrocería de doble cabina, con una buena amplitud por dentro. La zona de carga ofrecerá un volumen de 1,16 metros cúbicos y una superficie útil de 2,5 metros cuadrados. Como sucede con el resto de modelos de su segmento, la cifra de carga máxima útil ronda la tonelada (1.040 kg). La caja puede tener argollas y guías de fijación para sujetar la carga, toma de corriente e iluminación. Además, hay disponibles distintos tipos de cubiertas de la caja.
En ciudad se maneja bien hasta que tenemos que aparcar sus 5,34 metros de largo. En carretera y autopista se nota que Mercedes ha buscado hacer un pick-up más cómodo de lo habitual en este segmento. En el tren posterior no lleva las habituales ballestas sino muelles helicoidales.
Las prestaciones en todoterreno no resultan malas ni mucho menos. Las cuatro ruedas motrices que no se pueden utilizar en asfalto seco (no lleva diferencial central) en la tierra y zonas complicadas, junto a la reductora nos pueden ayudar a salir de una mala situación. Cómo opción tenemos una suspensión con 2 centímetros más de altura libre al suelo y por el sistema de bloqueo del diferencial trasero.
La motricidad es excelente y más si llevamos 200 kilos en la caja. El motor de la versión probada, con 190 CV mueve bien el Clase X, es suficiente para la mayoría de los usuarios y durante la prueba el consumo ha estado en los 9,4 litros de media. Si lo que buscamos es una respuesta de motor contundente incluso con mucha carga y un cambio de marchas automático con un funcionamiento más refinado, tenemos la versión 350d, con el diésel de 258 CV de origen Mercedes y un cambio de marchas distinto, aunque también de convertidor de par y siete marchas.