Pruebas y novedades

Así es la tercera generación del Kia Ceed

La imagen no varía mucho pero si el comportamiento

La tercera generación del compacto de Kia, que si bien mantiene un aire familiar con la precedente es un modelo nuevo. Incluso su nombre se ha simplificado, borrando el apóstrofo  antes de la d. 

 Es más ancho y bajo, y adopta un nuevo frontal inspirado en la gran berlina  Stinger. Visto de perfil, se podría casi pensar en un compacto alemán, el Mercedes Clase A. El maletero, más generoso que antes (395 litros)  con formas regulares que lo hacen aprovechable, y su habitabilidad posterior,  ligeramente más espaciosa, le sitúan en la media de su segmento.

 Siempre hablando del interior, es obligado reflejar el salto adelante en términos de calidad y de montaje. Los materiales se han cuidado más que antes, aproximándose a los estándares de los mejores rivales. Los de la parte superior del salpicadero son  blandos y con costuras que simulan el efecto de piezas tapizadas en piel, en el caso de la versión probada. Ahí encontramos la pantalla táctil de 7 u 8 pulgadas (en función del nivel de equipamiento seleccionado; salvo el Concept, que no tiene) compatible con los sistemas Android Auto de Google y Apple CarPlay. 

La calidad ha mejorado y al volante el manejo de todos los mandos resulta intuitivo

El diseño de este salpicadero es muy alemán,  aquí  prima la funcionalidad. Se han mantenido muchos botones de tamaño generoso, y bien situados, para acceder a las funciones más usuales, si bien algunas de ellas también se pueden controlar desde la pantalla del sistema multimedia, que es táctil. Es el caso de los mandos del climatizador de ciertos elementos de confort, o de algunas ayudas a la conducción. Estos botones tienen un tacto agradable y que trasmite sensación de solidez.

En cuanto a equipamiento, encontramos  elementos que no estaban disponibles en el modelo precedente. Por ejemplo detector de vehículos en el ángulo muerto, asistente para el cambio entre luces cortas y largas, alerta por alcance con función de frenada automática, alerta por tráfico cruzado al circular marcha atrás, aparcamiento semi automático o un programador de velocidad activo con parada y reanudación de la marcha en atascos (en combinación con el cambio automático). Además, hay un sistema, el Lane Following Assist, que combina el programador de velocidad activo y el sistema de mantenimiento de carril con el que el vehículo mantiene la velocidad y la distancia con el vehículo precedente y va centrado en el carril por el que circula (funciona entre 0 y 130 km/h).

A la hora de conducir  se obtiene una buena postura con facilidad, tanto por las posibilidades de regulación del volante, posición de los pedales y el diseño de los asientos, de un buen tamaño. Detrás el espacio está en la media de su segmento. En realidad no destaca en ninguna cota, pero resulta  confortable para cuatro pasajeros. Si ocupamos la plaza central posterior, igual que en sus competidores el espacio se queda algo justo.

Otra de las cosas que se han planteado los ingenieros de Kia con el nuevo Ceed era cómo situarlo a la altura de sus rivales europeos en cuanto a comportamiento. Ante todo lo han hecho trabajando  profundamente el chasis. La dirección eléctrica revisada  tiene mucho mejor tacto que antes y la tendencia a subvirar se ha borrado. Pero la mejora principal concierne al  confort. Desprovisto de amortiguación pilotada, el coche se muestra agradablemente a gusto en los asfaltos más degradados. Aprovechando un buen filtrado y unas suspensiones bien reguladas, el Ceed está a la altura de la competencia tanto en ciudad como en las vías más rápidas. 

Bajo el capó tenemos propulsores tenemos en gasolina de 100, 120, 140 e  incluso uno de 200 CV si nos vamos al GT. De estos tres el más recomendable es el de 140 CV. Y en diésel uno de 116 y otro de 136, que es el que correspondía a nuestra versión de pruebas. Esta mecánica se ha mostrado viva y con empuje a bajo a régimen: es un excelente motor. En nuestro caso estaba asociado al cambio manual de seis velocidades pero también puede ir combinado con una caja automática de doble embrague y siete relaciones, que funciona con suavidad y suficiente rapidez. El consumo medio en la prueba (ciudad, carretera y autovías) ha estado en los 5,9 litros si bien en uno de los recorridos, solo por carretera y autopista, buscando ahorro logramos 4,8 litros  de media. Para 2019 está prevista una versión con motor diésel de 1,6 litros, con un sistema eléctrico a 48 V que le permitirá reducir el nivel de emisiones gracias al apoyo de una máquina eléctrica que hará de generador y de motor eléctrico, según se requiera recuperar energía o aportar potencia adicional.

Balance

Tiempo y perseverancia: el trabajo siempre termina por obtener sus frutos. Para Kia es la hora de cosechar con el Ceed. Esta tercera generación del compacto coreano confirma que la famosa garantía de siete años no es ya solo el único argumento sobre el cual puede apoyarse el constructor. Basado en la nueva plataforma  bautizada como  K2 con, refinamiento raro en la categoría, un tren posterior multibrazo, el  Ceed añade, al rigor de sus antecesores, lo que les faltaba para disfrutar al volante. Dotado de una dirección agradable que no borra las sensaciones, dinámico en curva con una tendencia subviradora (que sufrían sus antecesores) relegada al recuerdo,  esta tercera generación muestra un claro progreso respecto a sus precedentes.

Es más ancho y bajo y ofrece un maletero algo más grande

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