En 1977 los aficionados españoles aún estaban muy lejos de soñar en los títulos en el Mundial de Rallyes de Carlos Sainz o en el Mundial de Fórmula 1 de Fernando Alonso. Pero en la noche del 27 al 28 de enero soñaron y su sueño se hizo realidad con una de las gestas más inolvidables del automovilismo español, el Rallye de Monte-Carlo.
La aventura en realidad había empezado unos años antes. Partiendo de un modelo que había nacido a mitad de los años sesenta, el 124 (el 1430 no era sino un derivado del mismo), los hombres de Seat habían ido desarrollado un coche de rallyes clásico pero efectivo que había ganado de forma consecutiva el campeonato de España de 1972 a 1975 y también les había permitido realizar incursiones en pruebas del campeonato europeo. José Juan Pérez de Vargas, al frente del departamento de competición de la marca española, tomó la decisión de incrementar estas participaciones internacionales y hacerlo por la puerta grande participando en la edición de 1976 del legendario Rallye de Monte-Carlo con dos 1430 motor 1840 Grupo 4, con Antonio Zanini y Juan Petisco, y Salvador Cañellas y Daniel Ferrater respectivamente.
Cañellas en una salida se enredaría en una alambrada perdiendo mucho tiempo y Zanini cuando iba bien clasificado en otra salida rompió el radiador y finalmente se clasificó en el puesto 12 tras el Alpine de Michele Mouton. En esa temporada del 76 los Seat brillaron en el campeonato de Europa, batiendo en el Rallye Firestone al poderoso equipo Ford con sus Escort RS 1800 MKII nada manos que con Timo Makinen y Roger Clark a su volante, y terminando Zanini la temporada con el subcampeonato en el bolsillo tras el francés Bernard Darniche que conducía un Lancia Statos, un coche creado específicamente para los rallyes, y con Salvador Cañellas quinto.
Así para la edición de 1977 del Monte-Carlo, el equipo español con la moral muy alta, se preparó a fondo para hacer un buen papel: frente a los mejores del mundo acabar entre los diez primeros sería todo un éxito. Ahora el equipo Seat llegaba con los 124-1840 de Grupo 4. ¿Qué había pasado con los 1430? Pues que en 1975 el 124 de calle se había reformado en de la mano de Giorgietto Giugiaro, una puesta al día fácilmente identificable por sus faros cuadrados delanteros y alargadas ópticas posteriores. Desaparecía la denominación 1430 y solo quedaba la de 124 D si bien con la misma carrocería se vendía con el motor 1430 así como con los biarbol 1600, 1800 (y más tarde 2000). Por cierto que aquella segunda generación de la popular y veterana berlina se fabricaba ahora en la factoría de Landaben, en Pamplona.
Así bajo esta nueva vestimenta se presentaban el 124 -1840 Grupo 4 (en realidad una evolución del 1430 del año anterior). Si bien el motor disponía de inyección, en Seat su ingeniero jefe Vicente Aguilera optó por los carburadores. En el Grupo 4 que eran los coches con mayores evoluciones admitidos entonces en el Mundial de Rallyes, en esta edición de 1977 se presentaba aún más complicada que en el año anterior. Solo la “squadra” Lancia participaba con tres Stratos (con nada menos que Munari, Darniche y Pinto a su volante)y luego estaba el poderoso equipo oficial Fiat con los 131 Abarth de Alén, Andruet y Bacchelli. Esto para empezar pues el resto del plantel era para preocuparse por su alto nivel.
Los taxis de Seat (así se les conocía popularmente por su curiosa forma de ir pintados) con los números 12 (Zanini) y 18 (Cañellas) , tomaron la salida del recorrido de concentración en Almería el sábado 22 de enero y llegaron a Mónaco el lunes, Cañellas en el puesto 14 y Zanini en el 31 tras sufrir un pinchazo que lo había hundido en el 158. En el recorrido común Munari y su Stratos domina, con Markku Alen y el Fiat 131 Abarth que a menos de dos minutos y luego “Lele” Pinto con otro de los Stratos. Pero los demás, Fréquelin, Röhrl (Opel), Andruet (Fiat), Bacchelli (Fiat), Verini (Fiat)… se quedan sorprendidos al ver como los chicos de los Seat no solo les tratan de tú a tú sino que les dejan atrás a la menor ocasión. El enorme talento de Zanini y Cañellas, los 124 funcionando como relojes y un equipo perfectamente organizado empieza a dar sus frutos. En Auzet-Seyne Zanini hace el 7º tiempo; y el 6º en Romette y La Grave… y el 4º en St Jean en Royans; Cañellas es 4º en St Bonnet le Froid. 7º en Burzet y Montauban y 4º en Digne-Chaudon, 5º en Jabron, 4º en Lantosque…Incluso, durante un buen rato, Zanini figura como autor del mejor registro en St.Pierreville; luego resultará que a consecuencia de la meteorología, han logrado mejores tiempos los de la cola y queda 5º. Y así es como acaban el recorrido Común llegando a Mónaco Zanini en sexta posición y Cañellas en la séptima. Por si fuera poco Salvador Servia y Jordi Sabater con un 1430-1800 (con 20 CV menos que los coches oficiales) van en el puesto doce. En aquella España en plena transición política, los periódicos por vez primera prestan atención a los españoles en el Monte y el corazón de los aficionados se dispara, soñando. Pero aún queda el recorrido final, la noche del Turini, muchos kilómetros, hielo, nieve, los rivales que buscan recuperar. Los aficionados del Club Seis Peniques (toda una leyenda de la época) se han ido al Turini a animar a los españoles. Otros, aquí, buscan en el periódico las últimas noticias.
Hay quien piensa que no será fácil conservar las posiciones. ¿Conservar? Seat ataca. Pinto, que iba 4º rompe y Zanini es ahora 5º de la general seguido de Cañellas. Alen, que iba segundo, rompe y los españoles suben otro puesto….y atacan: Zanini hace el segundo tiempo en la Couillole a 9” de Sandro Munari. Y Cañellas hace lo mismo en Roquesteron, detrás de Bachelli. En el segundo paso por La Madone, los “taxis” han hecho tercero y cuarto.
Cuando quedan cuatro tramos. Munari, Andruet, Bachelli ocupan las tres primeras plazas y luego viene Zanini y a solo un minuto, presionando mucho, Cañellas. Todo marcha como un reloj: el equipo, los coches. Y se produce una escena clave que cuenta in situ el maestro de periodistas del motor Javier del Arco: “Relax, tranquilidad… sobra tiempo porque no hay nada que reparar… ¿o sí? Aguilera se mira el coche de Cañellas, se agacha, mira el puente trasero y de repente dice: hay que cambiar este amortiguador… Curioso. Poco antes, Cañellas nos decía que todo iba perfecto… Pero no protesta. Aguilera sabe muy bien lo que hace. Cañellas está a un minuto de Zanini en la clasificación general. Se están produciendo muchos abandonos. Y queda poco rally –cuatro tramos– aunque suficiente para que se rompa algo en los taxis o se salga alguno de sus pilotos. Hay que asegurar lo conseguido. Y evitar riesgos. El inmediato seguidor, Swaton, está a más de 10 minutos. Pero Antonio y Salvador van muy juntos. Demasiado… O, mejor dicho, iban porque a causa de la “reparación” Salvador penaliza dos minutos y queda a tres de Antonio. Ya no habrá tentaciones. ¿Lo hubiese hecho mejor Salomón?”. Cañellas, siempre disciplinado calla. Zanini no habría hecho lo mismo. Dos grandes pero muy distintos pilotos. Personalidades opuestas pero indiscutibles grandes pilotos.
Aún quedan cuatro tramos. Madrugada, frio en las cunetas, aficionados calentándose con las hogueras. En el antepenúltimo tramo se escuchan los motores: el del Stratos de Munari, el 131 Abarth de Andruet, y el 131 de….¿Bachelli, dónde está Bachelli?. Un semieje del Fiat se ha roto: Zanini es tercero y Cañellas cuarto a la llegada al parque cerrado del puerto de Mónaco. Todo ha terminado. A la puerta del hotel las setenta personas de la expedición del Pub Seis Peniques ovacionan durante siete minutos a los de Seat. Otros, en España, aplauden junto a los transistores mientras se visten para correr al quiosco, a por los periódicos aún calentitos recién salidos de las rotativas. Afición en estado puro.
Cuarenta años después
En 2017, para celebrar aquella gesta , el equipo Seat Coches Históricos tomaba parte en el XX Monte-Carlo Histórico, el rally para clásicos más importante del mundo que reúne automóviles que en alguna ocasión –entre 1955 y 1980– han tomado parte en la famosa prueba monegasca en su versión de velocidad.
Y lo hacía con uno de aquellos dos equipos legendarios, el formado por Salvador Cañellas, y su inseparable copiloto Daniel Ferrater.
Lamentablemente no se sabe que fue de aquellos históricos 124 matrícula B-7271-BZ (Zanini) y B-7272-BZ (Cañellas). Pero Seat Coches Históricos con Isidre López a la cabeza recreó el coche de Cañellas, el número 18, a partir de un 124 de la época. Externamente, salvo la matrícula, resulta idéntico al de 1977 desde su batería de faros Cibié Oscar y Super Oscar a las llantas Targa de cuatro brazos, pasando por la pintura amarilla y negra o los adhesivos de los patrocinadores. Por dentro se adaptó a las normas de seguridad del reglamento, como los asientos, o al gusto de su piloto como el volante: por cierto que ver manejar al Nen (como popularmente se conoce a Cañellas) un volante, es un placer inolvidable. Técnicamente (refuerzos, suspensiones, frenos, o dirección, todo era idéntico al original.
En cuanto al motor en lugar del 1840 de 16 válvulas de la época que rendía unos 203 CV, se optó por un bloque de 8 válvulas de 160 CV, más elástico y adecuado a un rallye de regularidad como es este Monte-Carlo Histórico. El cambio no era aquella caja Colotti de dientes rectos (y característico sonido) del 77 que había que manejar con total decisión sino que se montó una de seis marchas de fabricación rusa, rápida y que permitía llevar siempre el motor al régimen óptimo.
Y en 2019
Del 30 de enero al 6 de febrero, por tercer año consecutivo SEAT Coches Históricos vuelve a estar en el Rallye Monte-Carlo Histórico.
El equipo regresa a los míticos tramos con el legendario Salvador Cañellas ahora asociado al especialista Eloi Alsina, un tándem que es una garantía por la experiencia de ambos en el rallye monegasco. Esta será la tripulación del espectacular SEAT 124 Especial 1800 Grupo 4 réplica con un renovado y evolucionado por completo motor, y al tiempo conservando con fidelidad los detalles técnicos de antaño.
Y al igual que en ediciones anteriores también participarán un 1430 y un 127. En esta ocasión, al volante del primero irá el periodista y primer ganador absoluto de un rallye de regularidad para SEAT Históricos, Josep Viaplana, copilotado por el no menos experto Carles Jiménez, mientras que el pequeño pero ágil SEAT 127 será pilotado por el periodista Jaime Hernández, a su vez copilotado por un dama que conoce a la perfección todo lo relacionado con el copilotaje de regularidad como es Anna Vives.
2 comentarios en “Seat en el Monte: vuelve la cita con la historia”
!!Muy interesante el relato, tal como lo vivimos los aficionados en aquella epoca!! Yo habia sido piloto de un !430/1800, en Circuitos, Subidas en Cuesta y algun Rally.!!Formidable coche!!Anteslo habia hecho con un Simca 1000 y posteriormente con el Ford 1300 y 1600 del «Autopractico racingTeam».En Argentina, lo habia hecho con Fiat 1500 (corto) y Peugeot 403.Mantuve una excelente amistad con JJ Perez de Varga.
Muchas gracias por tu interesante aportación