Mercedes, como todos los demás fabricantes, debe ofrecer cada vez más modelos cien por cien eléctricos. Pero el fabricante no toma necesariamente las mismas decisiones que los demás. Como prueba, este EQB que actualmente es el único SUV compacto eléctrico de 7 plazas disponible en el mercado europeo.
Muy cercano al GLB del que deriva, el EQB muestra algunas diferencias. Por ejemplo, en la parte delantera, el elemento distintivo de la gama » cero emisiones «, una parrilla cerrada con una superficie negra lisa, y una franja de luz a todo lo ancho. En la parte posterior, la matrícula deja el portón y se sitúa en el parachoques e, igualmente, hay una franja de luz en todo el ancho.
El interior es muy luminoso y con una excelente visibilidad hacia el exterior. Hay quien ha criticado las formas excesivamente cuadradas en la parte trasera de este SUV compacto, pero hay que dar la razón a la marca pues es la única forma de hacer que la tercera fila sea utilizable. Ahora bien, estos dos asientos plegables están limitados a ocupantes de hasta 1,70 metros de estatura. Otra consecuencia: para dejar un mínimo de espacio para las piernas de sus ocupantes, nos vemos obligados a reducir las de los ocupantes de la segunda fila deslizando la banqueta hacia adelante. Finalmente, el ya moderadamente generoso maletero de 460 litros desaparece casi por completo en la configuración de 7 plazas. Sin embargo, para las familias numerosas, es una elección pragmática, la competencia con motores térmicos en el segmento no ofrece más espacio a bordo.
Los ocupantes de la segunda fila, además, son muy bien tratados cuando la banqueta esté en la posición “normal”, mientras que los de la parte delantera serán especialmente mimados con asientos sumamente acogedores. Y todos apreciarán la calidad percibida de los materiales y los ajustes precisos del conjunto, así como una iluminación ambiental con mucho estilo, que se sitúa detrás de la inserción del tablero en el lado del pasajero (en los acabados AMG Line). .
Frente al conductor se encuentran dos pantallas de 10,25 pulgadas cada, una, la del cuadro de instrumentos tras el volante, muy legible y obviamente configurable, así como la del infoentretenimiento en la parte superior de la consola central. Recibe la última versión del software de la casa MBUX, relativamente ergonómico y de fluidez muy apreciable. No obstante, habrá que acostumbrarse al GPS que a veces nos pareció poco preciso y que, al separarse en dos pantallas durante los cambios de dirección, no es fácil de entender. Pero no hay duda de que el conductor habitual se acostumbrará. Y un manejo por voz de lo mejor del mercado.
Hay varias versiones en cuanto a motorización. Arrancamos con el EQB 250 (batería de 66,5 kWh) y tracción delantera. Tiene 190 CV de potencia y pasa de 0 a 100 en 8,9 segundos, con una autonomía WLTP de 469 kilómetros. El EQB 250+, también tracción delantera, tiene una batería mayor, de 70,5 kWh, la aceleración es igual pero la autonomía homologada según el ciclo WLTP, es de 502 kilómetros, por lo cual es la variante más interesante si priorizamos la distancia a recorrer con una sola carga. Pero puede interesarnos, por el uso que vamos a dar (aficionados a la nieve, a salidas al campo o habitual circulación por zonas con hielo…), cualquiera de las dos versiones de cuatro ruedas motrices y ambas con 420 kilómetros de autonomía homologada: 300 4MATIC con una batería de 66,5 kWh, 228 CV de potencia, que pasa de 0 a 100 en 8 segundos, y el 350 4MATIC, con igual batería, pero 292 CV de potencia y una aceleración de 0 a 100 en 6,2 segundos.
Prueba práctica
La versión protagonista de nuestra prueba es el EQB 300 4MATIC. A parte de por la ya mencionada calidad de fabricación, nos ha convencido en cuanto a comportamiento. Todo lo que se espera de un vehículo eléctrico está presente, empezando por un funcionamiento perfectamente silencioso acompañado de una insonorización general de muy buen nivel, por lo que los ruidos de rodadura y del aire quedan alejados de nuestros oídos, lo cual no sucede con otros eléctricos.
Además de su silencio, la motorización, o mejor dicho la doble motorización, tiene una potencia y un par de 228 CV y 520 Nm respectivamente, suficiente para, aún cargados, permitir adelantamientos con tranquilidad. Obviamente, al conducir, su peso termina sintiéndose tan pronto como se acelera el ritmo y el SUV comienza a ensanchar las trayectorias. No obstante, en conducción normal -que es para lo que está hecho- demostrará ser un excelente compañero de viaje con una amortiguación agradable, a la vez dinámica y suave en confort, que borra las irregularidades de la carretera de forma eficaz, sea cual sea la velocidad.
Por el lado de la frenada, el paso entre el regenerativo y el clásico carece de naturalidad con un punto flotante entre ambos que sorprenderá y lleva un tiempo asimilar. El fabricante ofrece 3 niveles de regeneración a través de las levas en el volante, ya sea modo regenerativo o rueda libre, o modo automático que elige según la carretera, el modo de conducción y la velocidad. Incluso si este último modo es relativamente eficiente, decidimos prescindir de él para elegir uno de los otros dos modos nosotros mismos.
Habiendo optado Mercedes por no desarrollar una plataforma específica para su gama eléctrica compacta, la EQB se contenta con 66,5 kWh de potencia neta, pero consume en torno a 20 kW cada 100 km en mixto, lo que supone 300 km de autonomía real.
Como ejemplo de viaje, en nuestro habitual recorrido de pruebas: Madrid a Cerezo de Abajo por la Autovía A1; de Cerezo de Abajo a Cuellar por la carretera SG-205, y luego de Cuellar a Valladolid por Autovía, hemos cubierto 206,7 kilómetros, con un consumo del 70% de batería y nos quedaba 107 kilómetros (122 máximo indicaba la instrumentación). Si vamos solo por autovía a la velocidad máxima consentida (unos buenos 25 kW/100 km de consumo), entonces solo tendremos 190 km de autonomía, y esto supone un “descanso” cada hora y media de viaje. Con su cargador rápido (DC) embarcado de solo 100 kW, necesita 30 minutos, en el mejor de los casos, para recargar del 10 al 80% (9 h 15 del 10 al 100% en un Wallbox de 7,4 kW). En autovía, que es donde más gastan los eléctricos al mantener constante un régimen alto de giro del motor, no queda más que autolimitarnos a 115 km/h para poder ampliar autonomía y no tener que recargar en estas distancias.
El Mercedes EQB es una oferta interesante, siendo el único en ofrecer siete plazas en su segmento con motor eléctrico. Bien acabado, bien equipado, cómodo y agradable de conducir, le falta autonomía, demasiado ajustada dado su formato familiar/carretera, salvo que optemos por la versión 250+ a cambio de perder la tracción integral. Sin embargo, para el uso diario no defraudará.
El eléctrico es una alternativa a los modelos térmicos, en este caso el Mercedes EQB lo es respecto al GLB y su amplia oferta de motores diésel y gasolina. Lo importante es tener muy claro cuál es el uso fundamental que le vamos a dar al automóvil, nuestro estilo de vida y el encaje del modelo que nos gusta en ese marco, para así hacer la elección adecuada entre gasolina, diésel o eléctrico.