Dos ruedas

Historia de Montesa (III): De la Impala al motocross

La década de los sesenta estaba a la vuelta de la esquina, diez años que cambiarían profundamente al mundo. Y Montesa, que no sería ajena a esa evolución, también estaba a las puertas de una época llena de cambios y de éxitos, una época apasionante.

Bultó y su equipo bautizaron la nueva marca como Bultaco, composición del apellido y el nombre del fundador (Paco Bultó), que imprimió su espíritu deportivo personal desde el primer momento a la nueva marca. La aparición de un nuevo competidor inesperado, y la evolución positiva del mercado, contribuyó a que Montesa reconsiderase la interinidad de abstención de las competiciones, y el 19 de marzo de 1959 tuvo lugar el
primer enfrentamiento entre Montesa y Bultaco sobe un circuito de carreras. Fue en el XV Gran Premio de Montjuic, en la clase 125cc. Se libró un duelo apasionante, y en un ambiente de enorme expectación, se entabló una pugna entre los mejores pilotos de ambas marcas: Juan «Tey» Elizalde con Montesa y Johnny Grace con Bultaco. Al final de una emocionante carrera, el piloto de Montesa se impuso por unos centímetros sobre la misma línea de meta.


La influencia de Pere Pi y el motocross

En aquella época, Montesa obtuvo numerosos triunfos deportivos de gran resonancia con motocicletas pilotadas por César Gracia, Enric y Jordi Sirera, Rafa Marsans, y el polifacético Juan Ramón López de la Torre. El hecho
especialmente significativo fue la incorporación de un joven corredor de gran fuerza en la especialidad del motocross: era Pere Pi, que en lo sucesivo tendría un papel fundamental, primero como piloto y después como técnico y creativo, en el motocross, y más adelante en el trial. Su primera carrera con Montesa fue el I Moto-Cross Internacional de Barcelona, que se disputó en un circuito de Pedralbes, en febrero de 1960.

Pere Pi


Pere Pi participó con una Brío 110 de serie, simplemente equipada con neumáticos de «tacos» y una corona dentada de mayor diámetro para acortar el desarrollo. Las precarias condiciones de su montura no le permitieron luchar por la victoria en equidad de condiciones, pero aquel mismo año ya con una motocicleta de diseño «motocrosístico» adecuado, logró varias victorias, que culminaron con la que consiguió en el II Moto-Cross Internacional de Barcelona al año siguiente.
Aquel mismo año -1961- Pere Pi consigue adjudicarse los Campeonatos de España de 125 y el de 250cc. En 1962 repite triunfo en 250cc.

La fábrica de Esplugues

El 5 de septiembre de 1961 se celebra la ceremonia de colocación de la «primera piedra» de lo que sería la nueva fábrica sita en Esplugues del Llobregat. En 1962 ya está en funcionamiento y el 19 de abril de 1963 se efectuó el acto oficial de inauguración, con asistencia de todas las autoridades. El nuevo edificio de 10.000 m2., diseñado por los famosos arquitectos Correa y Milá, utilizaba materiales prefabricados muy novedosos para la época.


Operación Impala

Mientras tanto, Leopoldo Milá trabajaba intensamente en el proyecto Impala. Había que asegurar asegurar la calidad y fiabilidad del producto, y para ello era necesario someter los prototipos a duras pruebas. En esta línea surgió la idea de realizar una travesía en moto a lo largo de África, de Sur a Norte, donde las condiciones de recorrido más exigentes estaban aseguradas. El plan era arriesgado y ambicioso. Rápidamente aparecieron cinco voluntarios para realizar el recorrido: Oriol Regás, Tey Elizalde, Enrique Vernis, Rafael Marsans y Manuel Maristany.


Una travesía al continente africano, en moto, desde Ciudad del Cabo hasta El Cairo, en las condiciones de la época, era una aventura épica. Los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia profusamente. Tres prototipos del modelo Impala se prepararon a conciencia, y junto a un Land Rover de apoyo, la aventura se inició el 15 de enero de En 100 días se recorrerían unos 20.000 kilómetros, sin mayor novedad que las múltiples incidencias propias del trayecto por países inhóspitos, a través de bosques y llanuras, sin caminos ni carreteras, y con múltiples riesgos
continuos y de todo tipo.
Las ideas de Leopoldo Milá se confirmaron y el proyecto fue un acierto total. La nueva Montesa Impala obtuvo desde el primer momento un gran éxito técnico, comercial y deportivo, y se convirtió en un ejemplo de diseño para el que no pasaron los años.
Todavía hoy se pueden ver «Impalas» circulando por las calles españolas hecho totalmente insólito tratándose de un producto diseñado en 1961. Los jóvenes motoristas aún se disputan la posibilidad de adquirir motos de este modelo como si fueran auténticas joyas.
La Montesa Impala fue premiada con el ADI-FAD al mejor diseño industrial en 1962. Entonces, la compañía tenía 460 empleados en nómina, para una producción de más de 11.000 unidades al año. El concepto industrial de aquella época contemplaba una fabricación muy integrada: fundición, prensas, soldadura, mecanización completa del motor, pintura, montaje… Los modelos que se fabricaban, simultáneamente, en los años ’60, eran Impala, Impala Sport, Comando, iniciándose por primera vez la producción en serie de una moto de motocross (Impala Cross de 175 y 250cc) básicamente para la exportación. También se introdujo un nuevo modelo con un concepto muy avanzado para la época: el scooter de 4 tiempos, de 60cc, llamado Montesa Microsooter.


La expansión del motocross

En los años sucesivos, Pere Pi ganaría varios Campeonatos de España de motocross, con duros enfrentamientos deportivos con los corredores Oriol Puig-Bultó, primero, y José Sanchez, más tarde, ambos corredores de Bultaco.
También ganó numerosas e importantes competiciones internacionales, especialmente en Francia y en Bélgica.
El año 1963 fue muy brillante por los triunfos deportivos: Jordi Sirera se proclamó Campeón de España de Velocidad en 175 cc y José Mª Busquets, en 250 cc. Los hermanos Jordi y Enric Sirera se imponen con una Impala Sport de 250cc en las 24 Horas de Montjuic, mientras el equipo de Carlos Rocamora y Juan Ramón López De la Torre alcanzan la segunda plaza con una Impala 175cc. Pere Pi, por su parte, se corona nuevamente con el Campeonato de España de Motocross de 125cc.
Se alcanzan también victorias en otras especialidades como en Rallies, donde el especialista Oriol Regás encadena triunfos, entre los que destaca el Trofeo Internacional Cannes-Ginebra-Cannes. José Mª Arenas
alterna participaciones en velocidad con varios triunfos en carreras de subidas en cuesta, muy populares en aquella época. El piloto madrileño J. R. López De la Torre consigue ganar los Campeonatos de España de Regularidad en los años 1960, 1963 y 1964.


El mercado americano; Steve McQueen, Dan Gurney, Richie Ghinter y Phill Hill (1963 a 1968)

El mercado norteamericano, potencialmente muy importante, abre grandes expectativas para la exportación. El importador de aquel país, Kim Kimball (asociado al popular actor cinematográfico Steve McQueen) inicia su actividad en 1963 con la importación de algunas Impala 175 Cross, que en la versión americana se llamarán «Scrambler», y utiliza como local para iniciar el negocio, en principio, el garaje de su casa, que posteriormente ampliaría a nuevas y amplias instalaciones.
Él mismo empieza a participar en pruebas llamadas «del desierto» (las más populares en la época) dando a conocer la marca en Norteamérica, empezando por California. Su amigo Dan Gurney, famoso piloto automovilista, entrará a formar parte de la sociedad Montesa Motors Inc. que acabará teniendo una red de 350 «dealers» en todo el territorio
americano. Otros pilotos automovilistas se incorporaron a la sociedad, como accionistas: Ritchie Ginther, primer vencedor con Honda en una prueba de Formula 1 y Phil Hill, campeón del Mundo en 1961.


En el cine

Varias motos Montesa se pudieron ver en numerosos filmes de Hollywood, como «Big Jake», «Freebie and the Bean», «On any Sunday», etc. Incluso el famoso actor Steve McQueen, asociado amistosamente a Kim Kimball, disfrutaba los días festivos corriendo, por su cuenta, con una Montesa en el desierto californiano.

El regalo de Neil Amstrong

Otro detalle curioso fue el regalo que el astronauta Neil Armstrong se encontró al volver de su exitoso viaje a la luna. Pere Permanyer, siempre impresionado por el avance de la técnica, quiso que se encontrase una Montesa en la puerta de su casa, esperándole a su regreso.
En 1964 se fichó a tres pilotos alemanes de motocross: Fritz Betzelbacher, Otto Walz, (Otto y Fritz, la famosa pareja) y Georg Hauger, que consiguen numerosas victorias en Europa. La popularidad del motocross propició que Montesa lanzara nuevos modelos para clientes que tomaban parte en competiciones de esta especialidad. Así, a las Impala Cross le sucedieron, en 1966, la Cross ’66 (pensada para el mercado americano) y más tarde la Cappra 250.


Ciclomotores

En 1965, Montesa decidió su penetración en el mercado del ciclomotor, ante la previsión de que la moto de modelo utilitario pudiera sufrir un declive en los años siguientes. Así se inicia la producción del Ciclo Montesa, dotado de un motor de 50 cc y cambio manual de 3 velocidades (fabricado con licencia JLO debido a la imposibilidad de desarrollar un motor propio en tan poco tiempo). Este motor se irá evolucionando en años sucesivos, para acabar siendo de diseño propio.

Y muchas carreras El piloto Carlos Rocamora consiguió el Campeonato de Europa de Resistencia aquel año 1965. Pero la competición de velocidad de alto nivel no era fácil, pues las marcas japonesas (que habían crecido mucho gracias
al potencial de su mercado interior) habían entrado de lleno en este terreno, machacando. Es la época de las imbatibles Honda 250 de 6 cilindros de Mike Hailwood y de la Honda 125 de 5 cilindros de Luigi Taveri. Sin embargo,lejos de abandonar el campo, se lleva a cabo (con la cooperación del especialista italiano Francesco Villa), la construcción de una 125 cc, válvula rotativa, con la intención de competir en el plano internacional.
Se consiguieron resultados importantes con esta montura, como el Campeonato de España de Velocidad que el mismo año alcanzó José Mª Busquets. Este año (en el mes de julio) se consigue de nuevo la victoria en las 24 Horas Motociclistas de Montjuic, con el equipo F. Villa-J.M. Busquets, que pilotaban una moto especialmente diseñada para esta prueba. Era una 250 cc con escape central y cambio de 5 velocidades.

Pere Pi se proclamó campeón, una vez más, en 250cc de motocross. También se ganan los Campeonatos de Inglaterra de Karting en 3 categorías.
La intensa actividad deportiva abarca también la modalidad de «Subidas en Cuesta» donde Santiago Trías y Roberto Blanc son imbatibles. En motocross, Manuel Olivencia y Francisco Lancho preparan el relevo de P. Pi, pero sus
resultados no alcanzaron siempre el mismo nivel. En cambio, en el motocross internacional, el piloto sueco Cenneth Loof coronó una gran campaña triunfal que desembocó, más tarde, obteniendo el mismo corredor la concesión de importador oficial de Montesa para Suecia.
Continuando con la colaboración de F. Villa, se diseñó una 250cc bicilíndrica para competir en velocidad, que disponía de válvula rotativa y refrigeración mixta (agua para los cilindros y aire para la culata). La moto era un auténtico «cohete»; alcanzó una velocidad fantástica, pero su fragilidad mecánica hizo que el único resultado brillante lo consiguiera en
abril de 1967, en el circuito de Riccione, Italia, donde Walter Villa planta cara a Mike Haillwood, que debe esforzarse al máximo para vencer con su poderosa Honda 6 cilindros. El excelente papel en esta carrera llena páginas en la prensa italiana.
En 1968 se empezaron a producir las Cappra 250 y la 360 GP con diseño claramente diferenciado del estilo Impala.
Los importantes éxitos deportivos de estas máquinas culminaron en 1969, cuando se ganaron los campeonatos nacionales de Bélgica, de Francia (con Jacky Porte que ya lo había ganado en el 67 y el 68), de Italia, Suiza y también en EE.UU. donde J. de Soto y R. Nelson vencieron en las categorías de 250 y 500 cc.

Un comentario en “Historia de Montesa (III): De la Impala al motocross

  1. Entre los que tenemos ya una edad, Montesa es todo un referente. Cuando se ve por la calle una de estas motos, bien conservada, emociona.

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