Hyundai opta por que sus modelos no se parezcan entre si e incluso en nada con sus predecesores. El nuevo Kona, segunda generación de este modelo, sigue esta línea pues si conserva el sistema de alumbrado como en dos niveles y las protecciones características de las aletas (no en todas las versiones) el diseño es muy diferente, destacando en él las bandas luminosas que a lo largo de nuestra prueba han llamado mucho la atención.
Además, los diseñadores han incrementado su tamaño para hacer frente a las críticas sobre el anterior Kona en cuanto a espacio justo en las plazas posteriores y en maletero.
Así mide ahora 4,35 metros de largo, 1,83 de ancho, frente a los 4,21 m y 1,80 m de antes, respectivamente. También crece, y mucho, la distancia entre ejes que pasa de 2,60 m a 2,66 m. Así el espacio para los ocupantes de las plazas posteriores ha crecido mucho: si cogemos un metro y medimos entre los respaldos la distancia es ahora siete centímetros superior.
Esta banqueta trasera no es deslizable longitudinalmente. La modularidad es lo más sencilla posible: respaldos abatibles en 3 partes y compartimento bajo el suelo, escamoteable (y no completamente plano en la posición alta, los respaldos plegados forman un pequeño escalón de aproximadamente 5 centímetros). Por otro lado, el volumen del maletero marca un importante avance y muestra 466 litros (el anterior Kona estaba entre 332 y 2374 litros, según versiones). Con asiento plegado, la capacidad aumenta hasta 1.300 litros,es decir, 144 litros más que su antecesor.
La versión de nuestra prueba es el híbrido de 141 CV de potencia fruto de la combinación de un bloque de gasolina de 1.6 litros y 105 CV asociado a un eléctrico de 44 CV. Va asociado a un cambio automático de doble embrague y seis relaciones. Este motor ya se utilizaba en la anterior generación, pero ahora ha de mover 1.512 kilos en lugar de de 1.440 kilos.
Gasta muy poco
Se ha perdido un poco en dinamismo, en agilidad: se emplea 0,7 segundos más en pasar de 0 a 100 km/h y de 80 a 120 emplea 7,9 segundos en lugar de 7 segundos. En cambio, este incremento de peso no tiene incidencia en la sobriedad: a lo largo de 10.000 kilómetros hemos obtenido una media de consumo de tan solo 5,3 litros. Incluso en autopista hemos logrado medias de 6,9 litros a los 100 kilómetros, inferiores al anterior Kona con el mismo motor, y es que se nota la mejora aerodinámica respecto a su antecesor.
La gestión del sistema híbrido es muy buena. En ciudad recorremos bastantes distancias en modo cien por cien eléctrico y eso que la batería no es muy grande: 1.56 kWh. Si se nota, como en todos los híbridos, que se pierde fuerza cuando la batería está descargada.
El cambio de doble embrague es un poco “indiferente” (sobre todo en posición Eco). La relativa indiferencia de este mecanismo invita a una conducción suave. Entonces todo funciona sin problemas y le permite aprovechar al máximo la hibridación. En ciclo combinado, nuestro consumo se establece fácilmente, como hemos dicho, en una media de 5,3 l/100 km y puede bajar fácilmente de los 5 litros en ciudad, con un mínimo de anticipación y moderación.
Hablemos de confort y ajustes
Otra cosa que se nota con el uso es que el Kona 2023 ha cambiado su compromiso confort/comportamiento, se ha vuelto más cómodo. Si el anterior apostaba por el dinamismo a cambio de sacrificar el confort, el nuevo se muestra mejor suspendido. La amortiguación a veces sigue siendo rígida a bajas velocidades, y se notan las ruedas de 18 pulgadas, pero nada grave.
Apreciamos especialmente la suspensión, que gana en flexibilidad sin dejar de sujetar la carrocería. El compromiso es neutro. El Kona 2023 ha cambiado agilidad por un comportamiento más neutro, más equilibrado donde en caso de urgencia es el tren delantero el que deslizará primero. Es coherente con su vocación de SUV familiar
En cuanto a uso interior, el ambiente es mucho más moderno que a bordo del anterior Kona, con un gran doble panel que se extiende ante del conductor, compuesto por dos pantallas de 12,3 pulgadas, como en los Ioniq 5 y 6. Todas las funciones multimedia y los ajustes de ayuda a la conducción (a menudo intrusivos y laboriosos de desactivar) están ahí, la visualización del menú es bastante clara y Hyundai ha tenido el buen gusto de mantener los controles físicos del aire acondicionado. El control de la caja de cambios automática, ahora a la derecha de la columna de dirección (como en los Ioniq 5 y 6, de nuevo) libera una cantidad interesante de espacio.
Si, es cierto, resulta bastante molesto el intrusismo de los avisos (en cuanto se pisa una línea ya nos invita a descansar…), pero ojo, hay ayudas excelentes como las que indican, cuando abrimos una puerta, que se acerca un peatón, una bici u otro automóvil. O los avisadores de proximidad de otro vehículo cuando salimos de un aparcamiento en batería marcha atrás: en días de lluvia, con mala visibilidad, es fantástico contar con esta ayuda.
He leído varias críticas sobre el uso de plásticos duros en los revestimientos, pero con más de once mil kilómetros de prueba, seguimos sin escuchar un solo ruido de los ajustes, y esto si que es importante y a valorar mucho. Tampoco se escucha ningún ruido en la bandeja posterior ni de suspensiones.
Ficha técnica
Modelo probado: Hyundai Kona N Line Style Híbrido 1.6 GDi
Dimensiones largo x ancho x alto: 4,35 x 1,83 x 1,57 metros
Volumen mínimo/máximo del maletero: 466 / 1.300 litros
Distancia entre ejes: 2,66 metros
Peso en vacío: 1.485 kilos
Motor: Híbrido de 141 CV / 265 Nm (térmico 1,6 l atmosférico 4 cilindros, 105 CV + eléctrico: 43,5 CV)
Consumo medio homologado 4,5 l/100 km
Velocidad máxima: 165 km/h
0 a 100: 10,9 segundos Precio Unidad Probada: 40.690 euros (gama desde 28,490 euros).