Pruebas y novedades

Jeep Compass 4xe 240 CV Trailhawk: híbrido enchufable y verdadero todoterreno

Lanzado en 2017, le ha llegado la hora de un lavado de cara al Jeep Compass. Si parece, a primera vista, ligero por fuera, el golpe del bisturí es en realidad más profundo. El interior en particular ha sido completamente rediseñado. También adopta nuevos equipamientos muy actuales: cargador de inducción para smartphones, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, o sistema de conducción autónoma de nivel 2, entre otros.

El Jeep Compass también se presenta con una nueva gama, ahora articulada en cinco niveles de equipamiento (Sport, Longitude, Limited, S y Trailhawk), con cinco combinaciones diferentes de motores y cambios: gasolina, diésel e híbrido enchufable, tres cajas de cambios (manual de seis velocidades, cambio automático de doble embrague en seco -DDCT- o automático de seis velocidades) y tracción delantera o en las cuatro ruedas. La versión de gasolina se equipa con el motor GSE de 1.3 litros de 130 CV o 150 CV, combinada con un cambio manual y de doble embrague en seco (DDCT) respectivamente, ambos con tracción delantera. La gama de motores de combustión interna se completa con el motor diésel 1.6 de 130 CV combinado con un cambio manual de seis velocidades y tracción delantera. La gama híbrida enchufable se ofrece con dos potencias: 190 CV y 240 CV, combinadas con un cambio automático de seis velocidades y tracción en las cuatro ruedas eAWD. En nuestro caso, probamos la versión PHEV de 240 CV.

Nuevas ópticas delante y detrás, frontal que luce un escudo y una parrilla rediseñada, el Compass evoluciona más de lo que parece a primera vista. Destaca también frente a sus rivales europeos por una generosa altura libre al suelo (19,8 cm) y la posibilidad de elegirlo en la versión Trailhawk (la probada), equipada con escudos que mejoran los ángulos de ataque y salida, y con un suelo elevado de 1 cm.

En el interior

Si a algunos les cuesta ver la diferencia con el Compass de antes por fuera, por dentro, el cambio es evidente. Consciente de que el salpicadero estaba anticuado tanto en equipamiento como en materiales, Jeep ofrece uno totalmente nuevo. La iniciativa es encomiable, pero adolece de algunos defectos. Pasemos por alto algunos plásticos (en la parte inferior), que delatan un deseo de ahorrar dinero. El problema viene más bien de un diseño impersonal, pero vamos por partes.

Tenemos un cuadro de instrumentos digital full-HD de 10,25 pulgadas; y un sistema Uconnect 5 con pantallas táctiles de 8,4 a 10,1 pulgadas. La calidad de imagen es claramente mayor (resolución ultraHD) y un procesador cinco veces más rápido que antes, que funciona muy bien. El sistema multimedia Uconnect cuenta con Android Auto y Apple CarPlay sin que tengamos que enchufar el teléfono, y con aplicaciones que permiten utilizar funciones muy prácticas desde el móvil, como enviar rutas al coche. Con la aplicación My Uconnect podemos ver el estado de la recarga o situar la posición del coche.

Y, en cuanto a espacio, disfrutamos de un habitáculo y un maletero más que suficientes para una familia.

Tracción gasolina más propulsión eléctrica

Además de modernos motores de gasolina y diésel, el Compass está disponible en versión híbrida recargable 4xe (con etiqueta “0” de la DGT y las consiguientes ventajas), que asocia un motor gasolina turbo de cuatro cilindros en la parte delantera con un motor eléctrico de 60 CV alojado en el eje trasero (sin transmisión que los una). Esta versión entrega, dependiendo de la potencia del 1.3 de gasolina (130 o 180 CV) , entre 190 y 240 CV. El acabado Trailhawk solo está disponible con 240 CV, que corresponde a la versión probada. En términos de par, el motor eléctrico produce 250 Nm y el motor de combustión genera 270 Nm.

En modo cien por cien eléctrico, está homologado para 50 kilómetros de autonomía y hasta 130 km/h de velocidad máxima. En nuestra prueba hemos realizado recorridos de 40 kilómetros sin problemas (pero a velocidades moderadas, claro está) y además se recarga en una toma doméstica en apenas 2 horas. Lo que deja un poco descontento es que su mini depósito de combustible (36,5 l), que limita la autonomía total a apenas 400 km, defecto que sin embargo comparte con otros híbridos enchufables.

En ciudad, además de las ventajas que nos ofrece la etiqueta “0” de un híbrido enchufable así como el bajo coste por kilómetro (si recargamos en casa), el circular en modo EV, es decir, cien por cien eléctrico, aporta silencio y refinamiento de marcha. En este modo tenemos 60 CV de potencia, lo que, combinado con el considerable peso en vacío de 1.835 kg, puede hacernos pensar en un rendimiento bajo sobre el papel, pero en la práctica resulta más que suficiente. Si es cierto que el de gasole enciende en alguna ocasión, cuando exigimos una fuerte aceleración, presumiblemente porque el eléctrico no es suficiente en este caso.

Aparte de Electric, también hay modos de conducción Hybrid (que usa el motor de gasolina y el motor eléctrico de forma combinada ) y E-Save, que utiliza el motor de gasolina para ahorrar la carga de la batería y reservar esta a zonas donde queremos rodar en modo cien por cien eléctrico. También está el sistema de control de tracción Selec-Terrain que te permite elegir entre cuatro modos: arena/barro, nieve, automático y deportivo.

Si selecciona el modo deportivo (o incluso el modo híbrido), descubrirá que el motor turbo de gasolina de 4 cilindros y 1,3 litros, junto con el cambio automático, nos dan una respuesta más inmediata, pero también es más ruidoso. La dirección sigue siendo ligera, con poca sensación.

En carretera, ofrece lo que uno tiene derecho a esperar de un SUV hoy en día. Prueba de ello es su tranquilizador comportamiento en asfalto. El Highway Assist (o conducción autónoma de nivel 2), convierte al nuevo Compass en el primer Jeep con esta tecnología de monitorización avanzada, que incluye una cámara delantera para vigilar los alrededores del vehículo, tanto a lo largo como a los lados. El sistema utiliza los dispositivos Control de crucero adaptativo y Centrado de carril. El primero frena o acelera, prestando atención a los obstáculos que encuentra, mientras que el Centrado de carril utiliza radares y cámaras para mantener el vehículo en el medio del carril, siempre que se detecten correctamente las líneas de la carretera. El sistema de advertencia de cambio de carril hace que la respuesta de la dirección sea muy enérgica si conduces cerca de una línea blanca. Hay un botón debajo de la pantalla táctil para apagar el sistema de advertencia de cambio de carril, pero si lo hace, parece que también apaga el control de tracción, lo cual es poco recomendable. Con el paso de los kilómetros te vas adaptando.

Y salimos del asfalto

El Compass es un 4×4: las ruedas delanteras son traccionadas por el motor térmico, de gasolina, y las traseras por el eléctrico. La versión Trailhawk está orientada a quienes van a hacer un uso real de su Compass como todo terreno. Por eso cuenta en el  Select Terrain (selección de terreno), en el que además de los modos ya señalados, añade el Rock. Y monta neumáticos para barro y nieve (con uno de repuesto) claves para tener una buena tracción, parachoques específicos, y una mayor altura libre al suelo (21,3 centímetros).

En general, el nuevo Compass es un coche diferente en un segmento muy concurrido. Ofrece un buen nivel de equipamiento por el precio. Si bien hay algunos inconvenientes en la carretera, el viaje es en gran medida cómodo y superaría fácilmente los viajes más largos. Fuera de la carretera, se destacó y tiene capacidades mucho más allá de lo que la mayoría de los compradores usarán. La autonomía eléctrica de 30 millas es más que suficiente para la mayoría de los viajes cortos y sin duda atraerá a los compradores de la ciudad.

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