El retrovisor

Alpine, la epopeya de Jean Rédélé

El de 2022, es un año muy especial para Alpine, es el del centenario del nacimiento de Jean Rédélé, el creador de un sueño nacido en un concesionario de Dieppe, y que se convirtió en un automóvil de culto para los apasionados al coche de sport, a la competición.

Estamos en diciembre de 1946. La II Guerra Mundial ha quedado atrás hace unos meses. Las armas ya no suenan pero sus efectos están ahí. Jean Rédélé a su salida de la Escuela de Estudios Superiores de Comercio (École des Hautes Études Commerciales de Paris – HEC París), se encuentra con la empresa familiar bombardeada, inicia su reconstrucción y se convierte en concesionario Renault en Dieppe, en la costa francesa del Canal de la Mancha.

Cuatro años más tarde, en 1950, hace posible uno de sueños: competir en rallyes. Obviamente se pone al volante de un Renault, de un 4 CV, de un 4/4 como lo conocemos en España, logrando muchas victorias. En 1952, asociado a Pons, se hace con la categoría Sport serie 750 en las famosas Mil Millas.

Esta experiencia le sirve para descubrir las posibilidades del pequeño y popular Renault y los secretos de su buena preparación. “Partiendo de esas experiencias, imaginaba que esas bases técnicas nuevas, esos elementos de serie adaptados a un conjunto carrocería-chasis bien concebido, podrían permitir la construcción de un deportivo francés con precio de venta y mantenimiento muy ajustados, en relación con la situación económica difícil de posguerra”, afirmaría el propio Rédélé.

Así que, a finales de 1952, con la colaboración del diseñador italiano Giovanni Michelotti, concibe un 4/4 de carrocería deportiva, cuya elaboración encarga al carrocero Allemano.

Y al tiempo, emprende, con André-Georges Claude, la transformación de la caja de cambios de tres velocidades del modelo de serie, en una de cinco relaciones. Pons, su copiloto, será el encargado de distribuir esta caja en su garaje parisino de la calle de Javel.

The Marquis, la aventura americana

En 1953, realiza un segundo estudio con la colaboración de Michelotti y de Allemano, que presenta, bajo el nombre de “The Marquis”, en el Salón de Nueva York en enero de 1954. La licencia de fabricación de este deportivo debía ser adquirida por un empresario americano. Pero el proyecto no sale adelante, a pesar de que ya se había comprado componentes mecánicos del 4/4 suficientes para fabricar 150 coches.

Convencido del potencial del 4/4, Rédélé busca ahorrar peso. Para ello, primero quiere dotar a su coche de una ligera carrocería de plástico, de resina de poliéster armada de fibra de vidrio, una técnica muy innovadora en la época. Y, posteriormente, cambiar el chasis original por uno de viga central.

Recurre a los hermanos Chappe, que estudian una carrocería para instalar sobre la plataforma del Renault 4/4, inspirada en el diseño de Michelotti. Un primer coche en acero sirve para establecer el molde de la futura carrocería de plástico. La interpretación del dibujo de Michelotti no es muy afortunada, aunque el aspecto del coche despierta simpatía.

Nace el A 106

La fabricación del Alpine A 106 arranca en enero de 1955. La “A” es por Alpine, en recuerdo de una victoria de Rédélé en la Copa de los Alpes. Y 106 por su mecánica Renault de las series 1060. La carrocería fabricada por los hermanos Chappe, es terminada en la nueva sociedad Alpine, en la parisina calle Forest. En realidad, se trata del concesionario Renault Escoffier, el cuñado de Jean Rédélé. El coche pesa 520 kilos y hay disponibles dos versiones del motor 747 cc del 4/4: una “Normale” 1062 que ofrece 21 CV, y otra, denominada Mil Millas y pensada para competición, con el 1063 de válvulas grandes, mayor compresión y 38 CV de potencia, que alcanzaba 130 km/h de velocidad punta. Aunque la plataforma es la original del 4/4, tiene una suspensión con doble amortiguación, que también está disponible, pero como opción, en la versión normal. Y una variante con la caja de cambios de cinco relaciones Claude, recibe el nombre de Mille Milles Spéciale.

Los primeros A 106 se distinguen exteriormente con facilidad por su curioso parabrisas de esquinas redondeadas, que en realidad es la luneta trasera del Renault Frégate. En el mes de julio de 1955, Rédélé presenta tres a106 a los responsables de la Regie Renault, y en octubre de ese año, en el Salón de París, es mostrado por vez primera al público.

La producción del A 106 es, en realidad, más artesanal que en serie, y los modelos van recibiendo modificaciones conforme a los deseos de los clientes, muchos de ellos amantes de la competición. En 1957, el parabrisas del Fregate es sustituido por uno específico.

El descapotable de Michelotti

En 1958, se pone a la venta una nueva versión de carrocería descapotable, diseñada por Michelotti, con la mecánica normal y cambio de tres relaciones. La adopción ese año del motor del Dauphine Gordini (Renault serie 1080) da lugar al nacimiento del A 108, de 37 CV. Además, Alpine vende otra versión con este mismo motor pero que, tras pasar por las manos del preparador Mignotet, da 16 CV más.

Aún se mantiene la plataforma del 4/4 en este A 108, pero con cambios en la parte posterior para recibir la nueva mecánica proveniente del Dauphine. Pero Jean Rédélé tiene muy avanzado su chasis viga, una característica clave de los Alpine, que les hará más competitivos al mejorar su rigidez y, por ende, el trabajo de las suspensiones.

En 1960 llega el coupé que, en realidad, es un cabriolet A 106 con techo duro. Este año los coupés y cabriolets reciben el chasis de viga que sustituye a la vieja plataforma del 4/4. Se trata, sin duda, de un cambio muy importante.

Por otro lado, los hermanos Chappe que ven como poco a poco se les escapa la producción del Alpine, elaboran un coupé 2+2.

La Berlinette Tour de France

Pero, tras el chasis viga, llega otro cambio que marca la historia de los coches de Rédélé. En el Tour de France Auto de 1960 aparece un A 108 con una carrocería inédita que será presentada poco después en el Salón de París como Berlinette Tour de France. A menudo su diseño se ha atribuido a Michelotti, pero en realidad es Rédélé y su equipo el que ha dibujado las nuevas líneas tomando como punto de partida, eso sí, el coupé obra del carrocero italiano.

La carrocería Berlinette (que también adopta el A 106), se caracteriza por su parte delantera perfilada, un parabrisas más inclinado, y el techo rebajado en altura. A pesar que los flancos y el capó trasero del coupé se mantienen prácticamente sin cambios, la imagen que trasmite es muy diferente. En el mismo Salón de Paris, cabriolet y coupé adoptan igualmente el frontal perfilado.

El A 108 Berlineta, que será el primero de los modelos Alpine fabricados en Valladolid por FASA Renault (junto al A 108 cabriolet), ya contenía todos los rasgos básicos, todas las claves del diseño que caracterizarían al legendario A 110 nacido en 1963. Pero eso, ya saben, es otra o, más bien, muchas otras y bellas historias.

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